Como deporte, la natación es aconsejable a cualquier edad siempre que se tenga un “mínimo de habilidades acuáticas adquiridas“, señala el experto en natación Moisés Gosálvez, quien resalta que es indispensable controlar el medio acuático y saber nadar bien; ya que no por el hecho de hacer natación te estás beneficiando, “porque puedes estar haciéndolo mal”, precisa.
Lo propio es que antes de nadar de manera independiente, se haga bajo la supervisión de un entrador que dé las directrices correctas sobre cómo nadar. Así, se ejecuta bien el movimiento y se marcan ejercicios específicos adaptados a las características y necesidades de cada persona.
En el caso de que se practique como terapia, es importante que el profesional que dirija una sesión “esté formado y cualificado” para el problema o patología que se trabaja. De esta forma, la natación sí aportará beneficios a la salud, pues de lo contrario, traerá inconvenientes al no realizar bien los ejercicios.
Hay que puntualizar que “la natación no cura, pero sí mejora o aminora ciertas dolencias”, indica Gosálvez.
¿Cómo ayuda?
Trabaja la masa muscular. Cuando nadamos se entrena todo el cuerpo, especialmente el torso, los brazos y las piernas. La natación permite trabajar todos los grupos musculares, además de que se está realizando un ejercicio aeróbico, que permite quemar grasas y calorías.
De gran ayuda para la mayoría de dolencias
La natación está recomendada para la gran mayoría de problemas relacionados con “dolencias de tipo metabólico, postraumático o para rehabilitación”, según Gosálvez.
Dentro de las recomendaciones, hay que diferenciar qué ejercicios van mejor para cada persona. No es lo mismo hacer natación “para alguien que ha sufrido un infarto, que para alguien que tiene lumbalgia”.
Beneficios para el sistema cardiorrespiratorio
“El sistema cardiorrespiratorio es la base del trabajo en la natación”, afirma este experto.
Por tanto, es un deporte beneficioso para quienes quieren aumentar su capacidad respiratoria o su resistencia cardiovascular. El exnadador advierte que, para mejorar esas habilidades, primero hay que aprender a adaptar el proceso respiratorio al agua.
Recomendado para el aparato locomotor
Las condiciones que ofrece el medio acuático no son las mismas que el terrestre, por lo que al trabajar en posición horizontal, y no en vertical, “liberas presiones habituales” y ayuda a descargar tensión.
Las personas mayores son las que más beneficios consiguen, ya que gracias al agua pueden realizar “movimientos o gestos que en tierra no pueden”, dice el entrenador.
La natación terapéutica
El término natación terapéutica abarca un campo muy amplio debido a que no se trabaja de la misma forma con todas las personas ni con todas las patologías, problemas o dolencias.
Hay que establecer un programa de trabajo específico dependiendo de las habilidades acuáticas de la persona y sus condiciones. La principal diferencia entre natación terapéutica y natación deportiva es que la primera no tiene como objetivo mejorar el rendimiento físico, sino unos objetivos específicos en el ámbito de la salud que se trabaja.
“Los cuatro estilos de natación (crol o libre, pecho, dorso y mariposa) pueden ser buenos o malos”, establece Gosálvez. Existen ocasiones en las que no hay que nadar ningún estilo, sino de una forma en concreto en la que se trabaje la dolencia que se padece, puntualiza el entrenador.