Las historias son similares. La angustia es igual y el sufrimiento es eterno para las familias que sufren la desaparición de sus parientes. Nadie da información de nada, y es el tiempo y el silencio de los celulares de las víctimas lo que confirma que se encuentran desaparecidos.
En menos de dos meses, ocho familias en El Salvador han vivido ese infierno. El grito de ayuda es el mismo, y la respuesta del Estado es parecida. Hay poco interés en realizar las búsquedas, aseguran los afectados.
Uno de los últimos jóvenes profesionales que ha sido reportado como desaparecido es José Rodolfo Chávez Palacios, de 20 años. El joven salió de su casa en el municipio de Olocuilta, en La Paz, hacia la Universidad de El Salvador. Sin embargo, desde las 4 de la tarde del martes 12 de marzo pasado, no regresó a casa y no contesta su celular. Chávez Palacios era estudiante de la facultad de Arquitectura.
Ese mismo día, el estudiante Manuel Alexis Pasayes García, de 15 años de edad, salió de su casa a las 2:00 p.m., pero ya no regresó. Su hermana fue la última en verlo al salir de la vivienda y le preguntó a dónde iba, el adolescente le dijo que se dirigía a Ciudad Corinto, en Mejicanos, a visitar a su novia. Estudiaba 9° grado. Su familia permanece en angustia al desconocer su paradero y piden ayuda para localizarlo.