La asesora financiera Jill Schlesinger ha visto a mucha gente inteligente cometer errores infantiles con el manejo de su dinero.
Un cliente se negó reiteradas veces a sacar un seguro por incapacidad y resultó que tenía esclerosis múltiple. Un médico conocido suyo no hizo un testamento y dejó obligaciones impositivas de seis números. Un ingeniero de una firma de tecnología no aceptó su recomendación de que vendiese ciertas acciones y enfrentó tiempos muy duros al jubilarse tras la caída del mercado.
Schlesinger, analista económica de CBS News y autora de “The Dumb Things Smart People Do With Their Money” (Las cosas bobas que hacen personas inteligentes con su dinero) admite haber dado algunos pasos en falso ella misma, como esperar “el momento justo” para invertir y desaprovechar una pronunciada subida del mercado.
“Somos animales emocionales, no solo racionales”, declaró Schlesinger. “Por ello gente inteligente se deja llevar por sus emociones –generalmente miedo y codicia– y por sus prejuicios”.
Hay una rama de la economía que se dedica a explorar cómo se toman las decisiones financieras, incluidas las erradas. Trata de descifrar cuándo nuestro cerebro y nuestras emociones nos llevan por la senda equivocada y qué podemos hacer al respecto.