Ana Polanco, la notaria con mejor nota y la más joven

Es una profesional muy decidida que tiene en sus planes seguir especializándose.

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Foto EDH / Mauricio Cáceres

Por Susana Joma

2019-03-06 7:00:19

Ana Elizabeth Polanco Ramírez, una chalchuapaneca nacida en el seno de una familia emprendedora, es la abogada que mejor calificó en el examen de notariado que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) aplicó el 21 y 28 de octubre de 2018, y a sus 23 años se convirtió en la mujer notario más joven del país.

Polanco Ramírez, una persona espontánea, amistosa, y sobre todo muy decidida, obtuvo 9.5 de nota en la citada prueba, a la que se sometieron 5,479 abogados ( 9,445 hombres y 8,026 mujeres), según datos provistos por la sección de investigación profesional de la CSJ.

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Al final solo 1,048 de los que hicieron el examen lo pasaron; y de ellos 300 son menores de 30 años, mientras que 421 tienen entre los 30 y 39 años, indica la institución.

La joven recibió el acuerdo que la acredita como notaria el 29 de enero de este año, ocasión en la que fue recibida en audiencia privada y felicitada por el presidente de la CSJ, el magistrado Óscar Armando Pineda Navas. “Estaba bastante emocionado, contento, y motivándonos a no solo quedarnos con esto, sino a seguir avanzando”, comenta.

La vida de la abogada Polanco Ramírez está marcada por el esfuerzo, la dedicación y los buenos resultados académicos desde la infancia; de hecho se graduó de bachiller del Liceo San Luis, de Santa Ana, con una nota de 8.5 en la PAES. En 2017 y luego de cursar 75 materias obtuvo su título de licenciada en Ciencias Jurídicas de la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN) con un cum de 8.1. Fue autorizada como abogada en julio de 2017.

Foto EDH / Mauricio Cáceres

Comenta que los días previos al examen notarial estaba muy nerviosa y hasta dudaba hacerlo, pero terminó asumiendo el reto esa mañana del 21 de octubre, a pesar de que minutos antes de entrar al salón en donde aplicaron la prueba otros abogados, que ya la habían hecho varias veces sin éxito, le aconsejaban con insistencia postergar la cita y regresar a casa.

“Me bajé (del carro), y como era la primera vez que iba yo llevaba maleta de viaje y un bolsón lleno de Códigos. Había un montón de gente… Mire pero usted está muy chiquita (joven), no vaya a ser que no lo pase, mejor regrésese porque se va a traumar. ¿Cuántos años tiene? Yo les decía que 23. No, hágalo después, mire esta es mi sexta vez, esta es mi octava vez…”, recuerda.

Realmente en sus planes no estaba retrasarlo, considerando que ella deseaba someterse al examen en cuanto se graduó, pero no alcanzó a entrar en la convocatoria que la CSJ hizo ese año porque abarcó a los autorizados hasta mayo de ese año.

La prueba de notariado, de octubre pasado, constó de 20 preguntas, que ella terminó resolviendo en una hora y media. Sin embargo, asegura que como tenían dos horas para hacerla optó por tomar su tiempo para entregarla, y no ser la primera. Según dice se sentía confiada de que lo iba a pasar.

Ana es actualmente abogada asociada en Consortium Legal, una firma regional en la que empezó a trabajar como colaboradora jurídica en 2016, antes de graduarse.

Foto EDH / Cortesía

Sin duda la ahora notaria es un orgullo para su madre Ana Consuelo de Polanco, quien la sacó adelante a ella y a su hermano mayor Josué, poniendo empeño con un negocio familiar que asumió tras el asesinato de su padre, Nery Polanco, a quien a pesar de que estaba muy pequeña recuerda con mucho amor y admiración.

Cuenta que se decantó por estudiar jurisprudencia porque tras la dolorosa pérdida de su padre, la familia se vio envuelta en una serie de situaciones que involucraron procesos legales en los que no siempre contaron con la asistencia jurídica adecuada, y entonces ella vio esa necesidad; a ello sumó también la promesa que hicieron con su hermano, respecto a que uno estudiaría una carrera vinculada con negocios y el otro abogacía. Algo que ambos cumplieron.

Ana Elizabeth, como le llama su madre, o Eli, como le dice cariñosamente su hermano, afirma que “cuando me tocó tomar la decisión de estudiar me motivó bastante conocer bien el mundo de las leyes, a qué ceñirse y a que no, y bastante el enfoque humano de saber entender a las personas en lugar de afligirlos con equis cosas, tratar de darles paz y buscar una solución concreta”.

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Asegura estar muy orgullosa de formación estricta y de alto nivel que recibió en la ESEN, en donde según recuerda antes de tomar un examen tienen que escribir un código de honor en donde el estudiante se compromete a no copiar y que el resultado que va a reflejar va a ser el de su conocimiento, así sea un 6 o un 10. Lo mismo aplica con trabajos exaula. No hacerlo supone una sanción. “Es una satisfacción muy grande porque después que usted termina la carrera se da cuenta de que todo lo ha logrado por su esfuerzo”, afirma.

Esta destacada abogada empezó a acumular experiencia laboral desde muy pequeña, detrás del mostrador de la tienda de su familia, lo cual le ha facilitado el contacto con la gente; pero sostiene que fue cuando entró a estudiar para convertirse en abogada que le entró una preocupación por empezar a desarrollarse en su campo antes de graduarse.

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En medio de la exigencia académica de la ESEN, que incluye el dominio del inglés, se las arregló para hacer diversidad de pasantías cuando estaba entre el tercer y quinto año de la carrera. Estuvo en un banco, en la Fiscalía, en juzgados, y durante las vacaciones aprovechaba hacer horas sociales para tratar de tener un poco de experiencia, hasta que luego ingresó a la firma.

“Mi último ciclo lo hice trabajando. Fue bastante complicado, porque de repente eran las materias más difíciles. Me tocaban clases por la mañana, de 7:00 a.m. a 8:50 a.m., luego venía a la oficina de 9:00 a.m. a 4:00 p.m., y de 4:00 p.m. a 8:00 p.m. tenía clases, y obviamente en la noche estudiar para los exámenes”, recuerda.

En esta firma ha acumulado conocimientos y práctica en materia de la legislación corporativa, laboral y migratoria, así que se siente preparada para dar una buena atención a los clientes corporativos que tiene a cargo.

Ana, quien en su tiempo libre gusta de compartir en familia, salir con sus amigos, ver obras teatrales y hacer turismo local, sobre todo en los pueblos de la zona occidental, se prepara para estudiar este año un diplomado sobre contratos y daños, en la Universidad de Salamanca (España), y tiene planes de cursar una maestría de derecho y empresa, aún evalúa en qué universidad lo hará pero tiene a la vista la Universidad Católica de Chile que tiene una modalidad de estudios semipresencial. Su idea, según explicó, es seguir estudios sin marcharse del país, en donde lucha por abrirse camino, pues es de las personas que trata de echar raíces en donde esta, aprovechando las oportunidades que se presenten, y de esa manera contribuir a mejorar el entorno.

Su familia no es la única que festeja su triunfo, la licenciada Yesenia Granillo, catedrática de la carrera de Ciencias Jurídicas de la ESEN, afirmó que “todos están súper contentos” porque la institución han tenido buena trayectoria en ese examen. “No nos extrañó que saliéramos bien, y que ella saliera bien porque es una buena profesional. Eso no depende de la edad, sino del grado de esfuerzo que las personas ponen para el examen”, citó.

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