Sergio Castro es un salvadoreño que ha destacado en Estados Unidos por su labor en el combate al crimen y por su servicio social con la comunidad. Desde 2010, él trabaja como oficial del Departamento del Sheriff en el condado de Orange, California, y en ese lapso ha recibido dos galardones por su trabajo.
“Yo soy oficial de la Ley, mi trabajo es proveer seguridad a la gente”, explicó Castro, vía telefónica. Además se encarga de investigar los crímenes, realiza capturas cuando se infringe la ley y ayuda a las personas sin hogar.
Pero ocupar esa función que desempeña no ha sido fácil para el compatriota que junto a su familia emigró al país del norte hace 18 años en la búsqueda de mejores oportunidades.
Desde que Sergio y sus padres decidieron dejar El Salvador para residir en Estados Unidos contó que lo hizo con el deseo de sobresalir por su trabajo, aunque en ese momento tenía 19 años y no tenía claro cuál sería la labor que ejercería para cumplir con ese objetivo.
“Agradezco el esfuerzo que mis padres hicieron, porque yo todavía estaba joven”, dijo Castro, quien ahora reconoce que la vida no necesariamente es fácil en aquel país, pese a las oportunidades que se ofrecen, pues también las personas “se pueden venir a perder por culpa de las drogas” o hay quienes se dedican a delinquir si se juntan con personas de dudosa reputación.
Él y sus padres se fueron a la nación del norte tras los terremotos del 2001, aprovechando que habían obtenido la residencia y en su caso motivado por las oportunidades que, tenía la esperanza, se le abrirían allá, una vez estuvieran establecidos. Ahora, aunque asegura no olvida sus raíces, él es ciudadano estadounidense, tiene 37 años, casado, con dos hijas y le agrada su profesión.
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A su llegada al país del norte, trabajó en oficios varios y posterior optó por ingresar al servicio militar, entre 2004 y 2005, donde viajó a Irak “cuando estaba el conflicto”.
“Yo quería destacar acá (EE.UU.), porque hay mucha oportunidad. Me gustaba mucho el servicio militar. Cuando entré al servicio me dí cuenta que es un trabajo noble, lo que es tratar de proteger a esta nación y ya cuando salí quería ocupar toda mi experiencia, porque en el servicio militar te dan un entrenamiento y la disciplina”, comentó el salvadoreño.
Tras su estancia en el Ejército estadounidense logró establecer la ciudadanía de ese país e indicó que estudió una carrera universitaria en Justicia Criminal, la cual estaba a punto de finalizar cuando entró al Departamento del Sheriff de Orange, California.
Apasionado por el servicio de seguridad, en el 2010 aplicó en ese departamento policial, y fue aceptado como oficial en abril de ese año. Su labor la inició en las penitenciarias del condado, y en el 2014 recibió el primer premio por destacar en su trabajo.
Tras esa fecha, fue promovido de nivel y su trabajo cambió de resguardar cárceles a brindar seguridad a la ciudadanía en las calles. De esa manera, comenzó a patrullar, combatir la criminalidad, a ofrecer programas de rehabilitación y apoyar a la comunidad, sobre todo a las personas sin hogar, a quienes se proveen de casa temporal o permanente con apoyo de algunas organizaciones.
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Las razones por las que una persona puede recibir ayuda social son varias, entre estas pueden ser económicas, por divorcios, adicciones, problemas mentales y el alto costo de vivienda, señaló.
Ante el esmero que puso a su labor, el pasado 16 de febrero recibió otro premio por ser el mejor trabajador del 2018.