Una de las peluquerías más reconocidas en Santa Ana y con mayor trayectoria es la Central, ubicada en el centro histórico de la ciudad desde 1935, donde han atendido a grandes personalidades como empresarios, políticos y personas que desde los inicios del local siempre han llegado por un corte de cabello y barba. Ha sido la barbería de generación en generación.
Don José Rolando Morales, de 73 años, es el propietario del local. Sus inicios fueron como lustrador de calzado en dicha peluquería, hasta que comenzó el oficio del corte de cabello y se perfeccionó en el arte de la peluquería y comenzó a practicarlo, un 17 de noviembre 1964.
“En mis primeros inicios trabajé en la peluquería Mundial, luego en la peluquería Lemus, donde su propietario era un señor muy reconocido en Santa Ana por su trabajo. Después, en 1972, llegué a la peluquería Central, donde iniciamos a trabajar en dicho oficio junto con otro señor que era el propietario, pero en 1979 me quedó a mí y hasta la fecha hemos tratado de mantenerla, así como a los clientes que siempre me visitan desde aquel entonces”, manifestó el peluquero.

La peluquería con más de 80 años de historia en Santa Ana
La peluquería Central fue fundada en 1935 y se encuentra en el 3ª Avenida Sur y 5ª Calle Oriente de Santa Ana. Los clientes llevan a sus nietos y bisnietos para un corte, con lo que se vuelve una tradición.

La peluquería Central, que se halla sobre la 3a. avenida Sur y 5a. calle Oriente, aún cuenta con sus silla originales de aquella época, al igual que los espejos y algunas máquinas antiguas, como en una película antigua.
Morales aseguró que sus clientes siempre lo buscan por los cortes clásicos, ya que a pesar de las nuevas tendencias la peluquería siempre sigue con el estilo clásico, donde los cortes los realizan con máquinas, tijeras y navajas.
El experimentado peluquero, quien cuenta con más de 54 años en el oficio, reconoció que como todo negocio ha tenido altos y bajos, pero dijo que no desmayará hasta el último día de su vida, ya que los clientes también han sido fieles, incluso mencionó que tiene personas que lo visitan desde hace 50 años y otros que ya no llegan porque han fallecido.
“Gracias a Dios, de este negocio he podido sacar adelantes a mis tres hijos, dos hembras que decidieron estudiar profesorado, el varón que está en la Fuerza Armada y mi esposa, quienes siempre me han apoyado desde que iniciamos con este oficio tan hermoso; yo siempre lo hago con pasión y lo seguiré haciendo mientras Dios me lo permita”, aseguró Morales.
Durante los años en la peluquería ha tenido personas que le han ayudado, ya que en muchas ocasiones los clientes han tenido que irse y regresar horas después debido a que ha tenido lleno el local, pero muchos de sus ayudantes ahora ya cuentan con sus propios negocios, e incluso mujeres han llegado al lugar a aprender el oficio.

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“Acá han venido varias personas, tanto a trabajar como a aprender este bonito oficio, ahora ya ellos cuentan con sus negocios gracias a Dios. Tengo la alegría de saber que una mujer que vino a aprender y luego se fue para Estados Unidos me ha llamado para agradecerme lo que le enseñé, ya que ahora lo ha puesto en práctica y tiene su negocio en ese país. Eso me llega de alegría saber que he podido enseñar a las nuevas generaciones”, manifestó el maestro peluquero.
Uno de los detalles en el que muchas personas ponen su atención al llegar al antiguo negocio es el atuendo que usan los peluqueros para hacer su labor, ya que desde sus inicios, don José siempre ha utilizado camisas manga larga, pantalón de vestir, corbata y una guayabera blanca, sello de distinción que lo ha caracterizado desde siempre, además del aseo del lugar y la música de adulto contemporánea que se puede disfrutar.
Uno de sus incondicionales clientes, Rafael Quezada, tiene más de 30 años de visitar dicha peluquería. El santaneco se considera más que su cliente, pues según relata ahora son buenos amigos con don José.
“Yo vengo temprano, cuando sé que puedo ser uno de los primeros en cortarme el cabello, pero aparte de eso venimos para hablar de todo lo que pasa en la ciudad o en el país”, relató Rafael.
Uno de los mayores anhelos que tiene el propietario de este ya clásico negocio santaneco es que la peluquería nunca cierre sus puertas al público, para que siempre pueda seguir atendiendo a sus clientes y las nuevas generaciones al estilo clásico en el centro de la Ciudad Morena.
