Un estudio que el biólogo marino Enrique Barraza llevó a cabo entre 2016 y 2018, para determinar los hábitos alimenticios del pez Bute (Olomina), ha puesto en evidencia que la contaminación por desechos plásticos ya afecta también a especies que habitan en ríos y quebradas ubicadas en puntos altos de montañas de nuestro país.
Barraza detalló que en El Salvador este pez, cuyo nombre científico es Profundulus Kreiseri, habita en ríos del Área Natural Protegida de Montecristo; en el río San Miguel Ingenio, de Santa Ana; en el río Sumpul, en el área de Las Pilas; y últimamente en riachuelos de la parte norte de Morazán.
El Bute, como es conocido, es un pez más grande que el chimbolo, y alcanza los diez centímetros. Es más robusto y, en los costados, presenta una línea oscura. Se le encuentra en afluentes entre los 800 y 1,000 metros de altura sobre el nivel del mar.
Barraza, investigador asociado del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI) de la Universidad Francisco Gavidia, sostuvo que durante su estudio logró determinar que se trata de una especie depredadora, es decir que no solo se alimenta de plantas sino también de insectos acuáticos, principalmente. Uno de los principales componentes de su dieta son las larvas de un grupo de insectos de la familia Ceratopogonidae, a los que se conoce como jejenes y son chupadores de sangre.
“Uno de los hallazgos que lamentablemente también detectamos es que, de 178 especímenes (de Bute) que estudiamos, en 37 de ellos encontramos 104 partículas de plástico y hebras de nylon en sus tubos digestivos”, indicó.