Diciembre es un mes codiciado para las parejas. El espíritu de amor, amistad y compartir, que inundan en el ambiente, son elementos que influyen en que se festejen muchos enlaces nupciales en esta época del año; pero después de las recepciones, de abrir los regalos, de la luna de miel ¡comienza la vida real!
Enfrentas un año nuevo y con él una nueva vida matrimonial. Según estudios, el primer año puede ser un terreno verdaderamente peligroso. La especialista Melissa Weinberg explica que a este fenómeno se le denomina “wedding hangover” (la “goma” de boda) y se refiere a que después de la dinámica de preparativos y celebraciones, “la vida real aparece” de golpe y a las recién casados les parece difícil adaptarse.
Frente a la realidad del trabajo, el estrés, la rutina, las cuentas que pagar, los hábitos de tu pareja a los que te estás apenas adaptando y un largo etcétera, Weinberg, y otros terapeutas familiares, brindan algunos consejos que pueden contribuir a tener calma y enfocarse juntos para salir triunfantes en su primer año de matrimonio.
Resuelve problemas:
Es obvio que habrán discusiones y desavenencias, pero por muy pequeñas que estas parezcan deberán siempre resolverlas. Si esto no sucede, ambos cargarán un cúmulo de reproches que explotarán en algún momento. Y si son personas exaltadas, lo ideal será que conversen cuando el enojo haya disminuido, pero no dejen de platicar. Recuerda nunca faltar el respeto y de pedir perdón siempre.
No tomes nada por sentado:
Sí, es cierto que ya firmaron un acta que los reafirma como marido y mujer y en el altar dieron el “sí, acepto”, pero ello no siempre es garantía de estabilización. Entrar en la zona de comodidad y “alcanzar un nuevo grado de confianza” con tu pareja puede provocar que ambos ya no se esfuercen por enamorar, cortejar, atender, acariciar… Todos los días deben esmerarse por su matrimonio y “por estar en paz con ustedes mismos”, según la revista Vogue México.
Se considera importante que agenden una cita romántica cada dos semanas y recuerden “la razón por la que estás juntos y las cosas que los enamoraron”.
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Compartir las tareas domésticas:
¿No te gusta lavar los trastos? ¿Odias cocinar? ¿Él detesta barrer? Tranquilos, busquen las tareas que cada uno disfruta un poco más hacer. Dividan las tareas e intercalen las responsabilidades menos agradables.
Presta atención a tus necesidades:
Muchos creen que la vida en pareja se pierde el “momento íntimo personal” y no debe ser así. El matrimonio no implica que tu individualidad quede anulada. Deben encontrar espacios para realizar las cosas que les gustaban cuando eran solteros: salir con los amigos por unas cervezas, ir al spa, encontrarse con las amigas para conversar, jugar fútbol, salir a correr, etcétera.
Respetar estos momentos solidificará la relación y se renovará porque la rutina es vencida con estas pequeñas dosis de cambios.
Gastos y ahorros:
El estado financiero es un ámbito que podría llevar a un matrimonio a un divorcio. Aunque no lo creas, esta área es muy compleja y muchas parejas llegan a disolver toda relación porque nunca llegaron a un acuerdo con los gastos del hogar.
Y es que este tema puede ser muy espinoso: uno gasta sin ser consciente, otro puede ser muy tacaño u olvida pagar recibos, incluso, podría haber una “infidelidad financiera”, que es mentir a tu cónyuge sobre tus gastos e ingresos. Los temas de dinero deben ponerse sobre la mesa y conversarlos lo más pronto posible, así como ser abiertos con sus opiniones y cómo gastarán sus fondos.
“Es importante hacer planes financieros, como por ejemplo, comprar una casa, un seguro médico, conversar sobre el retiro. Es importante que tú y tu pareja estén de acuerdo en las decisions monetarias, gastos y ahorros”, comentó Lisa Margeson, directora de retiro y experiencia del Bank Of America Merrill Lynch.
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Calendariza el sexo:
Sí. Aunque parezca descabellado, este consejo podría reanimar la llama de la pasión. ¿Cómo? Pues la rutina podría llevarlos a un escenario de frialdad y pasividad y para que esto no suceda se recomienda que en el calendario siempre haya una “sex date”, un espacio donde deben olvidar el día a día y las faenas, concentrarse en el momento íntimo que viven.
Miradas, mimos y caricias no deben faltar. Aunque no sea una situación espontánea confía en que estas pausas pueden ser claves para un matrimonio sano y fuerte.