La representante de Filipinas, Catriona Gray, se convirtió ayer en Miss Universo 2018. La elección y coronación se llevó a cabo en Bangkok, Tailandia, en una ceremonia que duró tres horas.
Catriona, una modelo de 24 años, activista contra el VIH y quien fue considerada por misiólogos y sitios especializados en certámenes de belleza como la máxima favorita, obtuvo la ansiada corona Mikimoto, la cual disputó con otras 93 candidatas, entre ellas Marisela de Montecristo de El Salvador, quien no figuró entre las clasificadas, a pesar de ser otra de las favoritas.
Otras de las candidatas populares que no figuraron entre las clasificadas fueron las representantes de Ecuador, México, Rusia, Colombia y Albania.

El título de primera finalista fue para Miss Sudáfrica, Tamaryn Green, y el segundo puesto para la representante de Venezuela, Sthefany Gutiérrez.
El cuadro de las cinco finalistas también incluyó a Kiara Liz Ortega Delgado, de Puerto Rico y a H’Hen Niê, de Vietnam.
Por segundo año consecutivo, los cupos de las 20 semifinalistas fueron distribuidos por regiones continentales, de manera que América, Europa y la conglomeración conformada por África, Asia y Oceanía tuvieron cinco finalistas cada uno; las otras cinco restantes fueron seleccionadas sin importar el continente.

En esta edición, la única centroamericana en ser incluida entre las clasificadas fue la costarricense Natalia Carvajal, quien avanzó hasta la etapa de las diez finalistas.
La gala final fue conducida por Steve Harvey, el mismo que en la ceremonia de 2015 cometió el error de confundir el puesto de la ganadora con el de la segunda finalista.
El artista invitado fue el estadounidense Ne-Yo, quien cantó en la apertura de la ceremonia y en el desfile de las últimas tres finalistas.

Durante la ceremonia, se le rindió un homenaje especial a la candidata de España, Ángela Ponce, por ser la primera transgénero en participar en una edición de este concurso.
La representante de Laos, On-anong Homsombath, fue nombrada ganadora del mejor traje típico.