Maximiliano González, conocido en los medios de los comunicación como el “Gordo Max” , enfrentó hace más de un año un proceso judicial acusado de pagar a una menor de edad a cambio de actos sexuales, del que finalmente fue declarado en libertad. El comunicador poco o nada habló sobre el tema tras su salida.
Ahora y por primera vez, decidió hablar sobre su experiencia en la cárcel y lo que vivió en su proceso judicial en el programa virtual “Meat&Greet” dirigido por Samuel Barraza, un nuevo formato de entrevistas en el que además de cocinar un buen asado, hay un invitado especial para conversar. El programa dio su banderillazo de salida el pasado 18 de noviembre con dicha entrevista.
El presentador de Meat&Greet comienza la plática recordando el día de la captura, la cual sucedió un día temprano, cuando Max González se dirigía al turno de su programa radial. “Es una cosa bien difícil, pero en ese momento había que enfrentarlo, yo creo que el ser humano no sabe la capacidad que tiene hasta que le pasan las cosas. Fue muy duro para mi familia, mi madre, una cosa tan complicada”, expresó González.
Según el expresentador de televisión pasó aproximadamente 15 días tratando de asimilar la situación, “no entendía realmente, pasé como estúpido”, dijo en la entrevista.
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Sobre la acusación y el proceso judicial en sí, prefirió no hablar, asegurando que el caso se desarrolló en reserva y hablar de ello, es contra la ley. De lo que sí habló con naturalidad fue cómo vivió el proceso en Mariona y que la unión de la familia, de amigos y el apoyo de mucha gente le ayudó significativamente.
El “Gordo Max” declaró que al llegar a Mariona se sintió preocupado y que casi se muere, explicó que sufre un problema en la piel (psoriasis), el cual provocó burlas. “Se burlaron de mi, que me dio sarna, eso le da solo a los cuches, parezco cuche pero no soy”, expresó el locutor.
También dijo que durante el tiempo que estuvo preso hizo muchas cosas:”tocó hacer de todo: pintar, barrer, lavar, uno solo se lava la ropa”.
“El segundo día tocaba la bañada y no había agua en ese sector, caminamos desnudos como dos cuadras para llegar a unas pilas de otro sector, cuando llegué el custodio me dijo que debía llevar un guacal y jabón, (pero no lo llevaba), así que la primera bañada fue con las manos y agua”. Según el locutor esa experiencia fue una cosa intimidante.
Sobre los custodios dijo que el trato fue normal, sin embargo conoció una disciplina que nunca la había vivido, en una ocasión le llamaron la atención porque tiró un paquete con comida y golosinas a otro sector.
Salir en libertad
Con mucha sinceridad, González declaró en la entrevista que su experiencia en la cárcel lo afectó. “El daño psicológico lo tengo, me ha costado mucho superar eso, el dolor que tuve fue inexplicable. Es más, a nadie le deseo eso, sinceramente les deseo mucho amor y que jamás, nunca tenga un tropiezo así, porque no se imaginan lo difícil. Ahora que puedo reír, un poco, porque no es total, pues Dios es el único que lo puede sostener de la mano”, dijo.
También hizo referencia que durante el proceso detectó quienes realmente eran sus amigos. “Nunca imaginé que al ser figura pública, el grado de interés de una persona, no lo sentía así, simplemente era amigo, pero en el momento, en una situación tan dura, te das cuenta que un amigo te tiró, se burló,(y) amigos cercanos. Al principio salí envenenado, pero a medida pasó el tiempo Dios me fue curando, (aunque) no estoy curado al 100 %”, aclaró.
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El locutor compartió una postal del recuerdo en su cuenta oficial de Instagram
Según el “Gordo Max”, el proceso duró 11 meses y 10 días, y cuando escuchó su libertad, no pudo hacer más que llorar. “Lloré mucho, me corté, sentí una cosa extraña, abracé a mis abogados, hablé llorando a mi mamá”, relató.
Una de las personas que más salió afectada de todo este proceso, es la madre del expresentador “tuvo una crisis de enfermedad y estamos tratando de solventar y llevar hacia delante, como lo hicimos con mi proceso”, enfatizó el locutor.
Sigue en los medios de comunicación
Tras su salida de la cárcel, Max González, pasó dos meses sin empleo, actualmente es locutor en una emisora radial y comentó que muchos de sus seguidores de su antigua casa (emisora) han cambiado de estación, y que aunque el proceso ha sido lento y de poco impacto, el apoyo se siente.
Max termina la entrevista aceptando que es una persona totalmente diferente en muchas cosas, aunque en esencia sigue siendo el mismo. “Tratando con más respeto al micrófono, con muchas expectativas, preguntas, pero sí cambiamos, estoy como más prudente, no soy el mismo físicamente, ni en actitud”, remarcó.
“Gracias por ver esta entrevista, la intención no es convencer a nadie sino simplemente un poquito de sinceridad al aire”, finalizó.
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