Parque Saburo Hirao, un espacio que ha marcado la niñez salvadoreña por más de 40 años

El parque fue inaugurado el 12 de febrero de 1976, desde esa fecha atrae a cientos de familias para disfrutar un momento de esparcimiento y aprendizaje.

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Por Iris Mejía/Archivo

2018-11-15 7:57:37

El Parque Saburo Hirao es uno de los espacios que ha marcado la niñez de muchas generaciones, hasta hoy en día.

Lo que era conocido como finca La Gloria se transformó en un lugar donde la historia y la naturaleza conviven y forman un lugar ideal para que las familias puedan compartir un momento de esparcimiento y aprendizaje.

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En las 11 manzanas de terreno que ahora albergan el parque, antes se cultivaba café y árboles frutales.

El terreno era propiedad de Benjamín González, él construyó ahí la casa que en la actualidad ocupa el Museo de Historia Natural y donde muchos han alimentado su conocimiento sobre diversas plantas, animales y formaciones rocosas existentes en el país.

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Según la historia del parque, en 1974 la firma Japonesa Toyobo Co. LTD, en nombre de Saburo Hirao, donó un millón 250 mil colones para construirlo, pero fue la mañana del 12 de febrero de 1976, cuando fungía como presidente de la República el Coronel Arturo Armando Molina, que fue inaugurado.

Hirao, quien nació el 11 de febrero de 1911 en la ciudad de Tokyo, Japón, también fundó en nuestro país la empresa de textiles Industrias Unidas Salvadoreñas (IUSA), donde ejerció como vicepresidente hasta que murió el 17 de marzo de 1973.

Actualmente el parque abre sus puertas de miércoles a domingo, en horario de 9:00 a.m. a 5:00 p.m. La entrada general tiene un costo de $0.60 centavos, niños menores de siete años y adultos de la tercera edad entran gratis.

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En el lugar estarán dos esculturas de animales prehistóricos con el fin de educar a los visitantes del parque y acercarlos a la historia.

Parque Saburo Hirao. Ubicado al sureste de la capital, es un centro recreativo para pasar un buen momento en los juegos infantiles y disfrutar del contacto con la naturaleza. Su principal atracción son los largos deslizaderos que ponen a prueba la valentía de muchos.