La puesta de largo de Santiago Solari en el Santiago Bernabéu como técnico del Real Madrid, provisional pero con opciones de seguir si los resultados acompañan, llega ante una de las revelaciones del campeonato liguero, el Real Valladolid, obligado a cambiar la dinámica tras sumar un punto de quince.
El buen sabor de boca y el cambio de imagen dejado por el Real Madrid con la llegada de Solari ante un rival de Segunda B como el Melilla (0-4), en Copa de Rey, debe trasladarlo a LaLiga Santander, competición en la que se encuentra en una situación límite.
No gana un partido desde el 22 de septiembre. Un mes negro de octubre con tres derrotas consecutivas y un solo punto de los 15 últimos en juego plasman el desplome de un equipo, que provocó la destitución de Lopetegui.

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Solari quiere asentarse en el cargo y confirmar una nueva imagen en el primer partido que dirigirá a las estrellas madridistas. A la mayoría les concedió descanso en Copa -solo Sergio Ramos y Karim Benzema fueron titulares-, y el objetivo es encontrar el mismo compromiso y esfuerzo en Liga. Su equipo estará condicionado por las bajas defensivas, sin Dani Carvajal y Marcelo en los laterales ni Varane en el centro de la defensa. Además Vallejo y Mariano completan las ausencias en plena plaga de lesiones.
El buen partido de Odriozola en Melilla le asegura la continuidad en el lateral derecho y el canterano Reguilón ocupará el izquierdo, con solo Nacho y Sergio Ramos como centrales. Las primeras decisiones de Solari apuntan adelante. Con Casemiro, Kroos y Modric descansados no se intuyen retoques en la medular. Isco tiene ventaja sobre Marco Asensio y la posición de Bale, por derecha o izquierda, es una incógnita por despejar en el 1-4-2-3-1 del nuevo técnico. En punta seguirá Benzema.