Foto EDH / Archivo
“Quizás con el cambio hormonal por el embarazo me desató la enfermedad y comenzó a salirme en los codos, rodillas, manos y en todo el cuerpo y fue donde me detectaron que era psoriasis, pero pasaron meses y diferentes médicos”, comenta la paciente.
Ahora cuenta que ya tiene varios años en tratamiento, pero han habido ocasiones en que ha tenido la enfermedad en el 80% de su cuerpo, tiempo en el que necesita que le asistan, porque debido a las lesiones en el cuerpo es difícil realizar actividades cotidianas.
“Yo logré usar la cámara de fototerapia que hay en el hospital Rosales, esa me ayudó un montón, pero lastimosamente ahora no está en funcionamiento. Esta enfermedad es como un sube y baja, días estoy bien, otros mal, probando medicamentos porque dejan de hacerme efecto, sean cremas o pastillas”, explica Quintanilla.
Gloria expone que cuando su cuerpo está lleno de la enfermedad, son muchos los síntomas que presenta, principalmente rigidez en la piel, que al moverse se hacen grietas profundas que sangran.
“Hay momentos en que no puedo ni agarrarme de un pasamanos, porque solo el hecho de cerrar la mano sangra, no me puedo poner cualquier ropa porque también sale en la cintura, o cualquier zapato porque lastima, uno no puede hacer muchas cosas, incluso ir al baño, porque las manos se ponen tiesas por la enfermedad”, describe Quintanilla.
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Consecuencias psicológicas de la psoriasis
La gravedad de esta enfermedad también se puede conocer por los impactos que genera a nivel emocional. Las consecuencias de las marcas que genera en la piel a menudo son muy duras, por eso es necesario descubrir cómo piensan y qué sienten para ayudarles.
La paciente con psoriasis cuenta que debido a la enfermedad ha sufrido de discriminación, ya que la parte del cuerpo donde más le ha afectado son las manos.
“En mi trabajo me fueron excluyendo de muchas obligaciones, me decían: ‘usted ya no puede ir, o ya no puede hacer tal cosa’, gracias a Dios tuve el apoyo de mi familia. Subirse incluso a un bus es bien difícil, yo tuve una experiencia, andaba muy mal de la enfermedad y pagué el pasaje y cuando el busero me vio las manos, prácticamente, me tiró las monedas, yo me puse súper mal y mejor me bajé ”, narra Gloria.
En cuanto al tratamiento en el sistema público, Quintanilla dice que no ha tenido acceso a todo el medicamento, “de todo lo que nos dan, que son de cinco a seis recetas, nos despachan solo una porque nunca hay medicamento, y entonces me toca comprarlo, y es súper caro, hay unos tubos de crema que cuestan $35, y me duran dos días. Hay otros que el Hospital Rosales no lo tiene, solo uno genérico que a nosotros no nos ayuda en nada”, explica.
Foto EDH / Violeta Rivas
Evelyn de Aguirre, presidenta de la Asociación Psoriasis Nueva Vida El Salvador explicó que la psoriasis la pueden padecer las personas a cualquier edad, desde niños a adultos, es genético; no es producida por infecciones, hongos, virus o bacterias.
“Son escamas en la piel, lesiones rojizas en cuero cabelludo, en los codos, las rodillas, en todo el cuerpo, en las uñas, en los genitales, que impacta la calidad de vida porque es una enfermedad sistémica, que quiere decir que puede afectar órganos”, dijo De Aguirre.
Cada 29 de octubre a nivel mundial se celebra el Día de la Psoriasis, una forma de dar a conocer la enfermedad, que según Argelia Dubón, directora Nacional de Enfermedades no Transmisibles del Ministerio de Salud (Minsal), ha estado invizibilizada.
Foto EDH / Violeta Rivas
El Minsal junto a la Asociación de Psoriasis Nueva Vida El Salvador (Psonuves) y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) realizaron una feria donde dieron a conocer aspectos sobre la enfermedad, entre ellos que son más de 3,400 personas las que padecen psoriasis en el país, según el registro del 2017, de Salud.
A nivel mundial son 125 millones de personas con psoriasis, que no tiene cura, pero que con tratamiento pueden tener una mejor calidad de vida.
Dubón dijo que la actividad se realizó para concienciar a la población sobre la enfermedad, que es de tipo crónica, no contagiosa.
“Hemos iniciado un esfuerzo con la asociación Psonuves, para registrar los casos. El Minsal brinda tratamiento en tres centros hospitalarios, en Santa Ana, San Miguel y en el hospital Rosales, hay dos en funcionamiento y el tercero estamos haciendo lo posible porque se repare”, indicó la directora.
Las instituciones hicieron un llamado a la población para que busquen la atención médica al presentar síntomas, que siga el tratamiento médico y que no se automediquen.