FOTO Y VIDEO: Conozca al futbolista salvadoreño que lidera un grupo musical

Abel Ayala combina el fútbol con la música. Al mismo tiempo que defiende los colores del Independiente de la Segunda División, es la voz principal del combo Los Aventureros de San Nicolás

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Foto EDH/ René Estrada

Por Franklin Ponce | Twitter: @FP11EDH

2018-10-20 2:40:58

SAN VICENTE. Deporte y arte. Fútbol y música. Pocas veces, ambas ramas compaginan de la mejor forma. Aunque, cuando lo hacen, muchas veces, al unir esos dos sueños pueden surgir grandes cosas. Este es el caso de Abel Ayala, quien de día se viste de pantalones cortos, recorre el terreno de juego para defender los colores de Independiente. Y de noche, cuando la ocasión lo amerita, se pone los pantalones largos, toma su acordeón y se vuelve músico.

Originario de San Vicente, Ayala es un futbolista profesional que actualmente defiende los colores de Independiente en la Liga de Plata, y al mismo tiempo es uno de los líderes del combo musical “Los Aventureros”, donde lleva la voz principal y toca el acordeón.

La historia comienza allá en el cantón San Nicolás, de Apastepeque. Primero fue el fútbol el que llegó a su vida, cuando integró una escuela en el cantón. Luego llegó la música a través del padre: “Mi papá me enseñó a tocar la guitarra, y poco a poco me fui metiendo en esto de la música”, explicó el defensa de los “Fantasmas del Jiboa”.

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Corría el año 2010 cuando le llegó la oportunidad de formar parte de un equipo de fútbol profesional, el Real San Esteban, en la Tercera División, le abrió las puertas, pero Abel no olvidó las enseñanzas del padre en eso de la música.

Por eso, en ese mismo año creó el grupo “Los Aventureros” junto con su tío Simón Ayala en la guitarra y sus primos, Jesús Rodríguez, en la percusión y voz, y Cristo Rodríguez, en la guitarra. Además de dos amigos: Jesús Amaya, quien toca el contrabajo o la chanchona como también es conocida y Martín Amaya, con la vihuela (especie de guitarra), quienes son padre e hijo.

Todo fue por la separación de otro grupo en el cantón para que Abel formara su propio grupo musical. “El grupo nace de la desintegración de otro grupo. Luego de un tiempo de estar sin nada, decidimos formar la agrupación de ‘Los Aventureros de San Nicolás’… Y el nombre surge porque en esto de la música se pasan muchas cosas, muchas aventuras. Por eso decidimos llamarlo de esta manera”, detalló.

Desde entonces, Abel lleva la doble vida. Por un lado el fútbol, en el que ha tenido las experiencias con en Platense de Zacatecoluca, en Audaz, con quien desde la Tercera recorrió camino hasta conseguir jugar en la Primera División, el que considera su “mayor logro deportivo”, y ahora en Independiente.

En el equipo vicentino, un protagonista eterno de la Segunda División, con un pasado destacado en Liga Mayor, Abel no quiere decepcionar a los suyos. “Estoy consciente de que es un equipo con un nombre bien hecho y por eso trato de dar todo dentro de la cancha”.

Por eso en su doble ocupación la prioridad es el equipo, luego está el grupo. “Primero es el equipo, pues si nos buscan para amenizar un evento, primero veo como está la programación y si choca con un partido lo descartamos para que yo pueda cumplir con el equipo”, enfatiza.

Foto EDH/ René Estrada

El fútbol, acepta, es todos los días. Entrenos en la semana y juego el fin de semana. La música espera; los ensayos solo se organizan previo a una presentación, aunque no son muy habituales: no por falta de calidad, sino más por escasez de tiempo.

Toda una aventura

Abel se considera “un futbolista que es músico”. Aunque reconoce que es complicado llevar las dos cosas a la par, no le incomoda y trata de dar lo mejor en ambas. “Como son dos cosas que me gustan mucho, me apasionan, no siento el cansancio de cumplir con ambas responsabilidades”, confió.

Su segunda pasión, dice, es la música, y como todo en su vida primero fue la guitarra y el acordeón llegó de rebote: “El cambio de instrumento llegó un poco por necesidad en el grupo: quien tocaba el acordeón se fue a otro grupo con mayor rodaje. Alguien tenía que reemplazarlo y yo me animé. Esta misma persona me enseñó a tocarlo”, relata.

Aunque, curiosamente, los contratos musicales le llegan a través del fútbol. “La mayoría de compromisos llegan por la gente que me conoce como futbolista”, señala Ayala, quien señala que otros le llegan por la página que tienen en Facebook Los Aventureros de San Nicolás.

Cuando toca ensayo, la sede es su casa, ahí donde se combina la melodía con el canto del gallo o el cacaraqueo de las gallinas. Otras veces, casi la mayoría, les toca ensayar a la ligera para no molestar los cultos de una iglesia evangélica aledaña.

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Como todo artista y deportista, Abel tiene su propios fans “número uno”: sus padres y familiares, quienes también ejercen de jurado para saber cómo lo están haciendo en cada canción.

Y es que Los Aventureros no distinguen de género ni melodía, lo mismo les da tocar cumbia, su sello distintivo, como bachata, banda, reguetón, rancheras o el mismo “Despacito”. Total, como dicen “el cliente es el que manda”.

A pesar de que no es la prioridad, tampoco Abel se descuida. Como uno de los líderes del grupo, trata de estar pendiente de la tendencia de las canciones, tanto que muchas veces hasta en los entrenamientos piensa en los arreglos a alguna canción.

“Durante un partido se olvida todo. Pero en los entrenos me ha pasado que en un momento que tengo pausa pienso en el grupo y en lo que se puede mejorar en una canción. Los tiempos nos obligan a estar a la moda con la música. No podemos permitir que uno de los invitados nos quiebre con alguna canción”, apuntó, seguro, el jugador-músico.

Ya cuenta con varios eventos con Los Aventureros, sobre todo bodas. Tantos, que hasta ha perdido la cuenta, dice, y asegura entre sonrisas: “Solamente divorcios nos hace falta hacer”.

Ayala acepta que, quizás, tiene más fama como músico que como futbolista. No le importa. Él nada más trata de disfrutar el momento, y de llevar ritmo al fútbol.

Foto EDH/ René Estrada