El diseñador de modas italiano Giorgio Armani y las modelos reconocen los aplausos tras la presentación del desfile de modas Armani. Foto/AFP
Los collares y los pendientes “maxi” fueron los reyes de la colección de complementos, junto con las gafas de sol de montura de esquiador, los grandes sombreros con tejidos de tul, y los bolsos de piel de serpiente, en tonos pastel. Foto/AFP
Los grandes sombreros o pamelas agregaron elegancia a la colección. Foto/AFP
Los diseños eran limpios y ligeros, con siluetas alargadas, dando un aspecto delicado, casi celestial a los modelos. Foto/AFP
La elegancia, que es el sello de identidad del diseñador italiano, se pudo ver en los trajes de pantalones anchos y chaquetas abotonadas, sin camisas, en tejidos metalizados y en un malva vibrante. Foto/AFP
El espectáculo se abrió con delicadas faldas transparentes que combinaban con suaves chaquetas de satén y se llevaban con sandalias de tacón de aguja. Foto/AFP
Giorgio Armani también apostó por los vestidos de noche, con escotes “palabra de honor” y faldas en campana y con volantes, por camisas con cremalleras y bordados en la zona de las mangas, y por conjuntos de camisas sin mangas y pantalones muy amplios, de vinilo traslúcido. Foto/AFP
Armani usó una paleta de colores plateados, grises, pastel y blues suave, con toques de color azul oscuro y rosa brillante, haciendo solo una breve aparición en la pista de aterrizaje. Foto/AFP
Giorgio Armani sorprendió así en esta Moda de Milán, después de que en los últimos días lo hicieran firmas de lujo como Prada, Versace, Fendi, Emporio Armani o Moschino. Foto/AFP
Giorgio Armani ya está acostumbrado a poner el broche final a esta pasarela lombarda, pero en esta ocasión lo hace solo para cerrar el programa de las grandes marcas. Foto/AFP
La firma fundada en 1975 huyó del negro, tan característico en sus colecciones. Foto/AFP