Isla donde se rodó filme salvadoreño guarda un secreto
Por casi un mes, la producción del segundo largometraje del cineasta Arturo Menéndez requirió la permanencia de un equipo multicultural en ese misterioso lugar.
El lago de Coatepeque es uno de los sitios mágicos de la geografía volcánica de El Salvador. Y aunque al principio del proyecto “La palabra de Pablo” no figuraba en el horizonte de Arturo Menéndez (a él le atraía Ilopango), llegó a transformarse en una pieza clave para el filme.
La trama cinematográrica se desarrolla en ese lugar. “… es hasta cierto punto claustrofóbico”, afirmó el director salvadoreño. “La película llega a un punto tan intenso que uno se siente atrapado allí”, añadió.
Fue casi un mes de rodaje en la isla de Teopán lo que requirió la producción de esta película. Tiempo suficiente para que el equipo descubriera las historias sobre una antigua diosa indígena, a la que se rendía culto en ese lugar.
Sobre el sitio poco se conoce y casi nada se ha podido investigar, pues la mayoría del terreno está en manos privadas. El historiador Pedro Escalante Arce tiene conocimiento del hallazgo de una figura femenina que podría ser prehispánica.
También existe una referencia documental en el libro “Cartas de Relación y otros documentos” publicado por la Dirección de Publicaciones e Impresos (DPI), y es el oídor Diego García de Palacio quien habla del tema.
El conquistador español menciona la laguna y las dos isletas que existen en esta en el documento citado. También asegura que es un lugar plagado de “caimanes” y de “mala agua”. Según su escrito, “los indios pipiles tenían esta laguna por un oráculo de suma autoridad, y que ningún humano podía ver lo que en ella había…”.
"La palabra de Pablo" del director Arturo Menéndez sigue haciendo historia.
Decidido a aclarar tales “patrañas”, García de Palacio hizo que los nativos fabricaran unas balsas para visitar la isla e investigar tales historias. Luego refiere que unos negros y mulatos llegaron hasta el lugar y lo que encontraron fue un ídolo de piedra grande de forma femenina y algunos sacrificios animales.
Lo cierto es que todos los extranjeros que acompañaron este proyecto quedaron fascinados con el lugar. Además, en el filme “hay una proyección de país” muy clara. Para el director Menéndez, esta cinta será otro recurso importante para borrar la imagen negativa que existe de El Salvador, afirmación que apoya el salvadoreño residente en Canadá, Alfonso Quijada, productor y fundador de Sivela Pictures, una de la compañías que apostó por este proyecto.
El también actor e hijo del escritor Alfonso Kijadurías es contundente: esta producción cinematográfica visibilizará a El Salvador en la industria del cine internacional. “Esta película chiquitita, les guste o no les guste, está abriendo una puerta increíble. Y eso no fue a propósito, nuestro propósito era hacer cine. Que ahora abra puertas, es un sueño…”, manifestó Quijada.
Esta pareja de compatriotas ha contado con el apoyo de muchísima gente en “La palabra de Pablo”, como la productora salvadoreña Meridiano 89, Carlos Figueroa y varios inversionistas privados de El Salvador. “Hubo personas que creyeron en nosotros en este país y les estamos muy agradecidos”, manifestó el productor.
Además del elenco liderado por Leandro Sánchez, Carlos Aylagas, Paola Baldión (Colombia), Fernando Rodríguez y Asuical Sandoval, la producción contó con el talento de una diversidad de profesionales procedentes de México, Uruguay, Costa Rica, Guatemala y Canadá, entre otros. Todos ellos, nunca hubiesen venido a El Salvador, pero después de “La palabra de Pablo” se han ido enamorados del país.