Sucedió cuando cada miembro del clan familiar dejó de prestar interés, se avocó a sus dispositivos móviles y el televisor como principal distractores, pero las consecuencias son peligrosas para la salud.
El acto de sentarse a la mesa todos juntos, mirarse a la cara, hablar de varios temas o de cómo vivió cada uno su jornada, compartir los alimentos, reír y sobre todo sentir que son parte de un mismo clan y que se apoya, es un hábito muy agradable.
El artículo del rotativo español El Mundo que se titula “¿Por qué debes recuperar la costumbre de cenar con tus hijos?”, recoge algunas pruebas a cerca de estudios e investigaciones, declaraciones de psicólogos y profesionales de la salud sobre la importancia de retomar esta actividad en comunión con la familia.
La teoría del estudio afirma que la TV de acción, al distraer más al espectador, alienta el comer distraídamente. Otros, dice, comen más al ver programas periodísticos
“Es un momento en el que podemos relajarnos, comentar cómo nos ha ido el día, sin distracciones. Apague el televisor, si no éste se convierte en el protagonista, quitando lugar al resto de miembros”, asegura María Rueda, psicóloga.
Actualmente, no solo la TV es un distractor, también los dispositivos móviles. “Comer mirando el teléfono o la tableta provoca que se ingiera más rápido y sin control porque lo hacemos de forma inconsciente y no medimos las cantidad que llevamos a la boca. A veces no nos damos cuenta ni de qué hemos comido cuando vemos el plato vacío ante nosotros”, señala Guillermo V. Rodríguez, dietista y nutricionista.