La Escuela Especial El Progreso, de la capital, se destaca por su alegre banda de paz , cuyos integrantes participan en cada desfile del 15 de septiembre con mucho esmero y dedicación.
Los 40 integrantes de la banda de paz ensayan tres horas, cada miércoles y sábados. “Desde febrero se comienza a ensayar porque no solo nos preparamos para septiembre sino para otras actividades que tenemos dentro y fuera de la institución”, explicó el director musical y docente de la escuela, Salvador Pineda.
Los jóvenes se caracterizan por ser muy alegres, extrovertidos, amables y respetuosos; cada uno tiene una discapacidad, pero eso no es impedimento para aprender y sobresalir a través de la música.
Lo primero que hacen en el ensayo es vestirse con el uniforme que usarán para el desfile de la independencia, porque eso es una motivación para que ellos quieran ensayar.

Posteriormente toman sus instrumentos musicales y hacen las filas de acuerdo al instrumento que tocan, la dinámica se hace con la ayuda del director de música.
Entre los instrumentos que la banda tiene están los bombos, usados por los jóvenes mayores; además hay platillos, güiro, redobles de madera y trompetas.

Mamá Osa y su pasión por la música
Las bandas de paz generalmente son integradas por jóvenes, pero la Tinecos Marching Band, de San Martín, se olvida de esos estigmas y tiene entre sus filas a una señora que se encarga de tocar los platillos.
Además, en el desfile participan tres señoritas, quienes hacen gimnasia con aros decorados alusivos a la independencia. Otro grupo de jóvenes es responsable de sostener la bandera gigante de El Salvador; ellos irán en la primera fila, el día del desfile.
La idea de la banda de paz surgió en 2009 debido a que la escuela asistía a los desfiles del mes de la independencia y los alumnos veían a las demás bandas tocar; eso los motivó a querer aprender a tocar instrumentos musicales.

Iniciaron de lleno cuando la escuela fue la ganadora de un concurso para niños especiales donde de regalo instrumentos musicales.
“Fuimos a una competencia de áreas especiales de escuelas de fútbol y los premios serían instrumentos, y gracias a Dios ganamos esos instrumentos”, dijo el director Pineda.

El taller en donde se crean los trajes de la fiesta cívica
Adela Orellana tiene más de 30 años de experiencia en el arte del diseño. Durante septiembre, en su taller se respira el ambiente cívico.
La enseñanza es un reto
Para que cada estudiante aprenda a tocar un instrumento musical se requiere de mucho tiempo y práctica ya que el aprendizaje de cada joven es distinto.
“Es un proceso bastante lento en el cual el aprendizaje de ellos no es de la noche a la mañana sino que es constante” afirmó Pineda. Añadió que cada joven tiene su manera de aprender ya que algunas veces ellos olvidan lo que se les ha enseñado pero con los ensayos se retoma y se vuelve más fácil.

La escuela también imparte clases de cocina, manualidades, bisutería, piñatas y panadería.
Todas esas enseñanzas son pre laborales para jóvenes de 16 años en adelante y tienen como objetivo dar a los estudiantes herramientas para que puedan desenvolverse laboralmente y con éxito.
“Me siento alegre y entusiasmada de ver como mi hijo ha progresado desde que entró a la banda, él se siente muy feliz”, dijo Emma Murcia, madre de familia.
