Juliette Ursula es una salvadoreña de 20 años, su madre es de nacionalidad salvadoreña y su papá es originario de Curacao.
Foto/ Menly Cortez
A pesar de los hallazgos que los estudios antropológicos han revelado, aún se cree que en El Salvador la existencia de afrodescendientes es un mito.
Según el antropólogo Alfredo Ramírez, coordinador de la Revista Identidades, una de las razones más conocida es porque Maximiliano Hernández Martínez aplicó una “ley de expulsión” para los afrodescendientes durante su mandato.
Ramírez explica que la Ley de Migración promulgada por el Gobierno del General Martínez, en 1933, no expulsó a nadie en esa época. Agrega que lo mencionado en el Diario Oficial de aquella fecha es que se ordena regular la circulación y la permanencia de la población de chinos, turcos, gitanos y afrodescendientes en el país.
Se sabe que por una idea nacionalista, después de la Independencia, fueron desapareciendo los conceptos de “razas”, borrando así toda la riqueza étnica y simplificándola bajo el término “mestizos”, que en el sistema de castas de la época colonial española determinaba a las personas de origen europeo e indígena.
Además, en febrero de 2005 el Estado salvadoreño entregó un informe ante la Convención para la Eliminación de la Discriminación Racial de las Naciones Unidas en el que se afirmaba: “La población salvadoreña no está compuesta por grupos con características raciales diferentes (…) por ser el único país de Centroamérica que no posee costas en el mar Caribe”.
Pero según datos históricos, los afrodescendientes llegaron a El Salvador y Centroamérica desde el inicio de la llegada de los españoles, pues los europeos ya venían acompañados de esclavos africanos.
Asimismo, se sabe que durante el tiempo de la colonia, en el puerto de Acajutla había ferias donde se vendían esclavos para que trabajaran en las haciendas de añil y en otras labores pesadas.
Para 1930, según la revista Humanidades y Ciencias Sociales del año 2012 de la Universidad Tecnológica de El Salvador, se descartó la categoría “etnia” en las estadísticas poblacionales y “se asumió erróneamente” que el salvadoreño es mestizo, sin distinción de raza, lo que invisibilizó la afrodescendencia salvadoreña hasta el punto de la negación.
Por el contrario, a pesar de las acciones del pasado que buscaron la eliminación documental de la afrodescendencia, en el año 2007, durante el último censo poblacional, se adjuntó por exigencia de la ONU una boleta sobre la adscripción étnica de los salvadoreños. En esta se preguntaba si el censado era blanco, mestizo, indígena, negro (de raza) u otro, dando como resultado 7,441 personas que representan el 0.13% del total de salvadoreños que se asumió como “negro de raza” en departamentos como La Unión, Usulután, San Salvador, San Vicente y Santa Ana. Después de siglos de represión y racismo, muchos salvadoreños con evidentes rasgos africanos no se reconocen como tales, por negación o por desconocimiento.
Con el Censo de 2007 se inició un proceso de autorreconocimiento de las poblaciones afrodescendientes. Según Marielba Herrera, el Día de la Afrodescendencia en El Salvador se conmemora desde hace cinco años cada 29 de agosto. Este fue impulsado tras la creación del comité de Afrodescendientes de El Salvador (Afroes), conformado por personas que se definen afrodescendientes a pesar de que el Estado salvadoreño aún no reconoce oficialmente a este grupo poblacional.
Herrera agregó que celebrar este día, previo a la fiesta de la Independencia, es una forma de posicionar y “reconocer que hay otra historia que está escrita, pero que no se ha dicho que es necesario que las personas la conozcan a nivel de región y del mundo”.
Desde entonces, cada año, personas que se sienten afrodescendientes realizan actividades y eventos durante agosto para concientizar a la población sobre su herencia.
Esto ocurre especialmente en Zacatecoluca, La Paz, con las personas identificadas como afrodescendientes nacionales y extranjeros. Ahí visitan el Monumento a La Liberación de los Esclavos y a su defensor, el prócer José Simeón Cañas, quien en 1823 y 1824 luchó por dicha causa.
El 24 de agosto, el Ministerio de Cultura lanzó la edición número 11 de su revista Identidades con el tema “Afrodescendencia en El Salvador y Centroamérica”, con la que pretende iniciar un proceso de reflexión sobre la necesidad de integrar a los afrodescendientes para reconfigurar la historia de la identidad de los salvadoreños.