Los hermanos Lucía y Joaquín Galán hablaron para la revista People sobre los altibajos más recurrentes que han enfrentado entre sí y cómo los superan antes de salir al escenario.
Ambos reconocieron los defectos del otro frente a cámara y cómo han mejorado en su carrera de más de 30 años.
“Yo estudié para teatro, quería ser actriz no cantante”, dijo Lucía. “Para entonces Joaquín tenía el típico grupo musical en el que tocaban covers y empezó a componer canciones dialogadas”, agregó.
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“Un día regresé al teatro y me puse a cantarlas, exagerándolas. Estaba con el director y decidimos mezclar las dos vocaciones: el teatro con la música. Así siguió la cuestión familiar en el escenario”, recuerda la intérprete de “A esa”.
El dúo argentino ha vendido más de 30 millones de discos a nivel mundial. El estilo artístico era nuevo, pero en 1990 decidieron cambiar a algo menos dramático.
Joaquín añadió que lo divertido “es cuando estamos peleados y tenemos que hacer un concierto. Entonces hay canciones como hermanos en lo bueno y el lo malo, en la que la tengo que agarrar pero pasa. La música une, la relación de hermanos también y no hay ninguna discusión en la que no hay retorno”, indicó.
Su hermana cree que la situación se ha controlado. “Él lo está manejando y superando muy bien, él es impuntual yo soy puntual. Eso simplemente es detonante cuando estás cansado de las giras”, mencionó.
Por su parte, el caballero de Pimpinela agregó: “ella está manejando bastante bien la impulsividad. Un día es una persona, al siguiente es otra. El trabajo es de entenderse y aceptarse. En este caso lo familiar es lo que más nos une”.