El deporte de El Salvador, a la baja

La tendencia se mantiene en cuanto a resultados deportivos internacionales para El Salvador. En Barranquilla 2018 se ganaron cinco medallas menos

descripción de la imagen
Acosta, en lo más alto del podio. Foto: EDH | Cortesía de COES

Por César Najarro - @cjnajarro

2018-08-05 8:13:02

El Salvador se despidió de los Juegos Centroamericanos y del Caribe con una cosecha de 18 medallas, dos de ellas de oro, más cinco platas y 11 bronces. Este resultado, en frío, significa una reducción de cinco preseas en relación a la anterior participación en este evento, hace cuatro años, en Veracruz, a donde el país totalizó 23 preseas (2-9-12).
Y confirma lo que ya se sabía de antemano, que no se cumpliría con el objetivo trazado desde las altas esferas que dirigen el deporte nacional de superar lo realizado en la edición previa.

De hecho, en casi cada participación nacional se menciona como objetivo, pero un objetivo en abstracto, sin una planificación clara, sin inversión suficiente, sin tecnificación ni estructuración profunda. De 23 ediciones, El Salvador ha tomado parte en 20 de ellas, y solamente en la edición de 2002, cuando fue anfitrión, logró una cosecha alta. En esa ocasión, totalizó 124 preseas, 18 de ellas de oro, y acabó en el puesto general número siete. Pero ni en esa vez, siendo local, pudo superar a Guatemala, por ejemplo, que en esta edición fue, por lejos, la mejor de Centroamérica, al acabar sexta del medallero con 21 oros, 22 platas y 41 bronces para un total de 84. Al país, su cosecha le alcanzó para ocupar la casilla 12 del puesto general, es decir, tres más abajo que en Veracruz.

La falta de fogueos y preparación, material adecuado y buenos entrenadores siguen siendo una constante. Algunos atletas lo han venido denunciando más, otros menos, pero la constante se mantiene y el deporte sigue siendo algo que no interesa demasiado al Estado, aunque en los discursos siempre lo relacionen con mejor salud y prevención de violencia.

Este mensaje, sin embargo, no se traduce – al menos – en la alta competencia, que sigue a la baja en los últimos años. Desde el 2002, todos los resultados subsecuentes han sido “peores” en la siguiente edición.

¡Marcelo Arévalo hizo historia en México!

El tenista salvadoreño grabó con letras de oro su participación en el abierto azteca

En Cartagena 2006, El Salvador fue octavo con 47 preseas, seis de ellas de oro. Y en Mayagüez 2010, fue noveno, en esa ocasión, sin embargo, con más medallas, ocho de oro y 61 en total, aunque no participó Cuba, lo que, de una u otra manera varía la ecuación ya que otros países tienen más oportunidades de meterse al podio ya que los de la isla son potencia en este evento.

Todo esto, sin embargo, no es nuevo. Esa idea de que siempre le hemos luchado a Guatemala es falsa. Está en los datos estadísticos de medallas. Solamente obtuvimos mejores resultados que los vecinos en la edición de 1935, en la de 1974, en la de 1998 y en la de 2006, esta última por una medalla más de oro. (Guatemala no participó en 1938; El Salvador no fue en las ediciones I, XI y XIV).

Esos resultados de Maracaibo 1998 y Cartagena 2006 dieron la sensación de que le podíamos competir a Guatemala, y, aunque en algunos deportes (como tiro con arco) El Salvador sigue siendo mejor que los vecinos, la realidad histórica es otra.

Es más, en el medallero general de todas las ediciones, El Salvador pasó de la décima posición en la que se encontraba, hasta antes de estos juegos, a la decimoprimera, al ser superado Trinidad y Tobago. El país se quedó ahora con 51 oros, 124 platas y 225 bronces. Los chapines son octavos, con 105-184-369, para un acumulado de 658. La diferencia, como se puede observar, es grande, y continúa ensanchándose.

En Barranquilla, atletas como Roberto Hernández, de tiro con arco, y Marcelo Acosta, de natación, sobresalieron por el país con las medallas de oro, y otros como Ana Ramírez (la que más preseas ganó, con dos platas y un bronce), Lilian Castro, Melissa Pérez y Johanna Pineda, Gerardo Rivas, Miguel Véliz y Roberto Hernández aportaron para las platas. Pero la renovación de atletas es mínima. Aparecieron otros jóvenes que ya comienzan a destacar, esos sí, como Cristian Jiménez (bronce en boxeo) o Sofía Baussan (bronce en ecuestres) y el equipo femenino de arco compuesto (Andrea Orellana, Paola Corado y Rebeca López).

Otros dieron batalla y lograron subir al podio para honor propio y de sus federaciones. Entre los ganadores, la lista la completan Adriana Escobar (dos bronces en remo), Joisy Mancía, Génesis Murcia, Jorge Merino, Jessica Hernández, Alan Rodríguez, el equipo de poomsae (Celia Argueta, Mónica Campos, Vanessa Vásquez) e Israel Gutiérrez.

Los estímulos deportivos tardíos, la falta de presupuestos dignos a las federaciones, la falta de preparación siguen siendo las constantes, y así, es sumamente difícil que en realidad se pueda romper esta tendencia a la baja.