El 6 de agosto de 1928 también fue lunes. Ese día, 21 marinos a bordo del submarino F14 fueron rescatados en el Mar Adriático, después de chocar su embarcación con el torpedero italiano Giuseppe Missori, en aguas del Mediterráneo. Ese mismo día en los EE. UU., habría nacido en Forest City, Pennsylvania, Andrew Warhola, quien se convertiría en el padre del Art Pop (*), en la segunda mitad del siglo XX.
Sí, habría nacido, porque la fecha de su nacimiento aún es un misterio. Él aseguró que la partida que detallaba como su año de nacimiento el 1930 era falsificada. Por eso se suele ubicarla entre 1928 y 1931, según el libro de Klaus Honneb titulado “Warhol”.
Lo importante es que a 90 años de aquella fecha, el legado de este referente del Art Pop —movimiento artístico que surgió en Gran Bretaña y Estados Unidos a finales de los 50— sigue tan latente como cuando él circulaba por el mundo como una celebridad. Recientemente, Calvin Klein lanzó una línea de underwear con imágenes de su documental “Kiss” de 1963.
El dramaturgo, escritor y crítico de arte salvadoreño Jorge Ávalos es contundente al destacar el legado de este artista tímido y retraído con la prensa, que se convirtió a sí mismo en una estrella pop.
“Andy Warhol, como nadie antes de él, vinculó el arte a la cultura del entretenimiento. El cine, la música pop, el diseño gráfico y la sociedad del consumo fueron sus temas predilectos. Tenía el don de reconocer las imágenes icónicas: una lata de sopa o un retrato de Marilyn Monroe. En el proceso, él mismo se convirtió en una estrella de la cultura, en un referente obligado. Lo que no hay que olvidar de él es que concibió la creación artística como producción industrial: hay grupos de rock, películas de cine y una famosa revista, Inter/View, impulsadas por él. Por eso fue tan influyente al momento de dar forma a los gustos de varias generaciones. Como Dalí no sólo fue un gran artista, sino tambien un genio del marketing”.
En efecto, hoy en día Warhol sería un excelente panelista para ilustrar a las nuevas generaciones sobre la forma idónea de hacer “branding” y triunfar en el intento.
Para Licry Bicard, artista plástica salvadoreña, Warhol se trazó tres objetivos: “ser rico, famoso y un referente agitador de las artes plásticas, y lo consiguió”.
Pero, ¿cómo lo hizo? Pues para Klaus Honnef, en su libro sobre Warhol, el artista supo aprovechar al máximo sus conocimientos del marketing y su afición de observar y analizar todo a su alrededor. En términos de Social Media, tenía sus objetivos bien definidos, aprendió a conocer a su audiencia, sabía las fortalezas y debilidades de su competencia y acostumbraba a interactuar con el público. Además, y muy a pesar de su extraña personalidad, trataba de no faltar a ningún acontecimiento público o fiesta. Se volvió un personaje atractivo para las masas, y no solo físicamente. También explotó el recurso de la leyenda, mitificando su propia vida. “En sus apariciones ante el público daba la impresión de no ser de este mundo: siempre tímido, amable, a menudo sonriente y un poco ausente”, se lee en dicha publicación del año 2000. Él transformó el arte en un negocio.