Críticas, discriminación y machismo puro, que impera en el oficio de motorista de bus, es lo que tuvo que superar, María Berenice Amaya Reyes, joven madre soltera, que por seguir su sueño de niña venció sus miedos y ahora goza de todo el respeto y admiración de sus compañeros motoristas.
Berenice o “Robotina”, como es conocida cariñosamente por sus compañeros de trabajo, tiene un año de laborar manejando una de las unidades de la Ruta 101-D, un sueño que persigue desde que tenía 13 años.
“El manejar buses siempre fue una admiración y deseo que sentí desde que tenía 13 años. A mí me fascina manejar carros y qué más puedo decir de estar ahora manejando estos buses”, señaló, emocionada, Robotina.
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La joven añadió que el camino para convertirse en la primera motorista de la ruta no ha sido fácil ya que ha tenido que romper muchos estigmas, entre estos machismo, alrededor de la profesión y superar muchas barreras especialmente sus miedos.
“Yo les recomiendo a todas las mujeres que crean y se valoren que pueden realizar todo tipo de trabajo de hombre, solo hay que proponérselo y quitarse el miedo”, agregó.
Berenice agradece a la dueña de los buses de la 101-D, por ayudarle a cumplir un sueño, y permitirle llevar, a través del empleo, el sustento para su abuelita y su bebé de apenas año y medio.
“Mi próximo sueño es, a través de este trabajo, pagar mis estudios y ser una administradora de empresas”, apuntó Robotina.
Berenice aprendió a manejar los buses en un mes, ahora quiere enseñarles a otras mujeres y abrir más espacios en el oficio.