Tony Melara, el reconocido director de pasarela salvadoreño, es quien dirige la pasarela de la elección y coronación de la reina de las fiestas agostinas.
Melara tiene 25 años de experiencia en el mundo del modelaje y la realización de eventos de belleza.
“Soy graduado en Chile, en una de las más prestigiosas academias de ese país sudamericano”, aseguró sobre su experiencia.
Su hoja de vida es muy extensa, pero él tiene la facilidad de hacer el resumen en poco menos de cinco minutos porque su carrera ha estado en constante evolución.
El concurso Nuestra belleza El Salvador, del cual parten las señoritas quienes representan al país en Miss Mundo y Miss Universo, ha estado bajo su conducción por más de 16 años.
También ha realizado Kaleidoscopio, un espacio de moda para que los diseñadores salvadoreños presentaran sus colecciones.
“Pues en el exterior también dirijo, por ejemplo Miss El Salvador en Estados Unidos. La Semana de la Moda en Nicaragua, y así hay por allí otros concursos”, detalla Melara.
Se suma la elección y coronación de las reinas de 40 municipios a lo largo del país.
Entre algunos de los aspectos que trabaja en sus alumnas en general están: caminar, respirar, la técnica y desenvolvimiento en la pasarela, modelaje, etiqueta, protocolo.
“Estoy feliz con mi trabajo, me encanta, y cada mañana me levanto optimista”, expresó.
“Lo más difícil es trabajar con las diferentes personalidades y caracteres de las señoritas, balancearlas, que cada una se sienta una reina en el escenario”, explica sobre los retos diarios.
De anécdotas en su labor asegura poseer suficientes como escribir un libro; sin embargo, destacó la de una joven quien el día de la elección, subió al escenario con fiebre y rash, tenía chikungunya y “ella quedó entre las finalistas.
Hay muchas experiencias buenas y malas, pero son más la buenas”, relató.
Melara también posee una escuela de modelaje desde hace 14 años, de allí han salido varias chicas que se han vuelto relevante en el escenario salvadoreño.
Este reconocido director de pasarelas, originario de San Salvador, es muy educado, amigable y accesible. Su semblante espigado le da presencia.