Que no nos distraigan ante la verdadera amenaza

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Diego Costa celebra el gol que anotó ante la selección de Irán en el Kazan Arena / Foto Por AFP / Roman Kruchinin

Por Patricia Valdivieso

2018-06-30 7:13:18

El Salvador está pasando por un momento histórico. La sociedad civil ha decidido reaccionar a los abusos de políticos que han llegado a enriquecerse en los cargos y no a servir, está exigiendo transparencia y rendición de cuentas. Reclama que se cumpla la Ley.

La indignación causada ante el saqueo de más de $351 millones de dólares realizado por el expresidente Mauricio Funes, su familia y allegados es más que lógica. La población salvadoreña se ha visto presionada en los últimos años con el cobro de más y nuevos impuestos; agregaron a la ya pesada carga una “contribución especial para la seguridad” que, para colmo, no fue destinada a lo que se suponía gastándola al antojo del gobierno del FMLN y exprimen el bolsillo de la familia salvadoreña con cualquier excusa. Mientras tanto, las familias del expresidente y él mismo disfrutaban de privilegios y lujos extravagantes, todos pagados con fondos públicos.

Pero no bastó con los impuestos y las contribuciones especiales; también endeudó al país para mantener sus caprichos. Los gobiernos del FMLN han llevado a El Salvador a límites insostenibles de deuda y siguen pidiendo y pidiendo, ahogando más la situación fiscal que ellos mismos provocaron. Ahora entiendo la razón de su “mala administración”.

Debo hacer mea culpa: en algunas ocasiones cometí el pecado de confiar en la palabra de estos gobiernos que aseguraban una y otra vez que ordenarían la casa, pero para hacerlo necesitaban préstamos, bonos, letes… en fin, más deuda. En noviembre de 2016, cuando la Asamblea Legislativa les dio $550 millones más en títulos valores, decidí no darles mi voto y me comprometí a no dar un voto más para empréstitos destinados a gasto corriente o a solventarles el problema de caja que ellos mismos han ocasionado.

Los Funes empeñaron al país para pagarse viajes, relojes, licores, cirugías plásticas, carros, yates y hasta una avioneta para que uno de sus hijos aprendiera a pilotear… Solo de los préstamos desviaron más de $54 millones que vamos a pagar todos los salvadoreños, junto con sus intereses, de aquí hasta el año 2039. Todo bajo la complicidad del partido que le llevó a la presidencia y que ahora pretende desviar la atención de los salvadoreños con supuestos intentos de privatización del agua.

Los desórdenes ocasionados en la Asamblea Legislativa por supuestos estudiantes de la UES son el mejor ejemplo del intento desesperado del FMLN por desviar la atención de la realidad: el saqueo de su primer presidente.

La postura de este partido en la Comisión de Medio Ambiente, donde todos los demás diputados se comprometieron con la no privatización del agua —aunque la posibilidad nunca existió porque sería inconstitucional— es otra muestra de la falsedad del discurso que se empeñan en sostener sin ningún argumento válido.

Enfoquémonos en la realidad, no desviemos la atención de la verdadera amenaza que tenemos en el país; no nos distraigamos con discursos incendiarios que tienen como única intención esconder la realidad. Enfoquémonos en seguir exigiendo transparencia, rendición de cuentas y cumplimientos de Ley. Enfoquémonos en construir país y no en destruir.

Diputada
San Salvador