“La educación artística debería ser dada por gente sensible, no por especialistas en arte”

Es profesora graduada de la Normal Casa Central de Guatemala. Tiene 26 años de servicio en la docencia, y desde hace algunos es maestra de primaria en educación artística.

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elsalvador.com

Por Tomás Andréu/Colaborador del Museo de Arte de El Salvador

2018-06-22 3:48:38

La maestra Cynthia Verónica Flores estudia la Especialización de la Formación Docente Artística del ‘Docente Formado’ del ministerio de Educación (Mined). También imparte clases en el Centro Escolar Juana López de San Antonio Abad.

La salvadoreña es una de miles de docentes que ha acompañado al Museo de Arte de El Salvador (Marte) desde sus inicios. Sus privilegios no los ha tenido cualquiera. Por ejemplo, ha estado en varios museos de Europa. Quizás por eso su mirada para algunos resulte pedagógica, y para otros, elitista. Pero entre lo uno y lo otro existen puntos de encuentro, que es lo que importa porque da luz al debate.

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Básicamente tiene una vida vinculada al arte y a los museos, pero antes de eso: ¿qué idea tenía de ellos?

[No sé si la tenía] porque desde pequeña tuve la dicha de viajar y visitar muchos museos. Eso me permitió encontrarme conmigo misma en cada museo al que iba. Miraba la historia de la ciudad a través de ellos, a través de los artistas.

¿Y cómo se vincula al Marte?
En los primeros días de la fundación del museo me invitaron a visitarlo, luego vine por mi propia cuenta a conocerlo y en una de esas ocasiones estaban dando invitaciones a maestros para que pudieran ser guía de niños para que estos no solo fueran espectadores. La tarea era ser didácticos con ellos. Entonces vine a esa capacitación y quedé maravillada. Desde ese 2005 está mi vinculación con el Marte.

¿Y este contacto con el Marte cambió la forma de ver sus cosas?
A nivel de mi concepción sobre El Salvador sí cambió mi concepto. También me habían invitado a otros museos, pero básicamente solo hablaban de la época de la guerra y eso para mí no era tan de disfrutarlo. El Marte es una expresión de los artistas. Descubrí que sí hay arte en el país. En El Salvador no había museos a la altura de los internacionales y ahora sí.

¿Y cómo vincula su experiencia de los museos con la niñez a la que educa?
La educación no está alejada del arte, es al contrario: el arte es una pauta de enseñanza. La inocencia del niño es mucho más creativa para expresarse y esto lo vincula con el arte. Cuando di otros contenidos —fui maestra de literatura, orientadora de sección, maestra de parvularia— siempre estuvo esa necesidad de transmitirle al niño esas herramientas de que se sepa expresar de manera creativa sin dañar a los demás.

¿Fue consciente de dar ese giro de una educación secular a una educación artística?
Lo que pasa es esto: a El Salvador vino el proyecto ‘Un sueño posible’ a nivel nacional de parte del Gobierno hace unos 13 años. Surgió una capacitación de maestros del Centro Nacional de Arte (Cenar) y por dos años nos evaluaron y los centros de estudio tuvieron la obligación de saber qué otros estudios tenían los docentes. Entonces en el año 2015 me hicieron una evaluación y al darse cuenta de que yo había estudiado cuatro disciplinas artísticas (música, danza, teatro, plástica) —que no eran licenciaturas y que solo éramos dos personas a nivel nacional en esta circunstancia—, pues el ministerio de Educación me dejó registrada.

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Así paso de maestra orientadora a maestra de educación artística. También el Mined ha querido retomar a nivel nacional la educación artística y me ha llamado para colaborar con el futuro profesorado de docentes que se dediquen a dar educación artística. Por ejemplo: la Universidad Dr. José Matías Delgado está sacando la Licenciatura en Educación Musical. Esto significa que hay un seguimiento al auge de la educación artística.

En su caso es fácil porque es una persona privilegiada y fue inducida al arte desde la niñez, pero: ¿qué requiere un docente para crear un vínculo entre la niñez y el arte?
La educación artística debería ser dada por gente sensible, no por especialistas en arte. La razón es que alguien puede ser muy buen artista, expresarse muy bien e incluso dominar la técnica, pero la didáctica hacia el niño debe captar-trabajar las emociones. La persona que quiera impartir la educación artística tiene que ser alguien empática y asertiva con los niños. Esto significa que no debe irse por la parte academicista, sino de propuestas de salidas de expresión. Esto incluye también [en la niñez] que los errores son también una ganancia, porque descubrió que no es la salida. Hay otras formas de usar la pintura, la crayola… No solo es el pincel, por ejemplo.

¿Qué vacíos encuentra usted en el sistema educativo salvadoreño en su concepto y desarrollo del arte?
¡Uy! Eso es una cuenta pendiente en la educación formal de El Salvador. Tampoco podemos decir que no tenemos nada, porque sería errado. Pero sí que es necesario asentar unas bases más ordenadas en el programa del currículum nacional de educación artística. Por ejemplo: en los niveles iniciales, parvulario y primario está educación artística, pero en tercer ciclo desaparece. Vuelve a aparecer en bachillerato, pero con otro nombre y otro enfoque. Hay limbos en los niveles educativos y eso es una cuenta pendiente. Y lo otro son los profesionales que puedan desarrollar los programas. Otro ejemplo: en la universidad no existe la licenciatura en educación artística.

Vanidad o temor, los docentes tienen una resistencia para acercarse al arte y la obscuridad de ellos, se la heredan a sus estudiantes. ¿Cómo se solventa esto?
Con el museo. Siempre será una buena propuesta. Yo he traído a mis compañeros y siempre vuelven. Esto le da una segunda oportunidad a las propuestas de educación, porque el docente en el aula no sabe nada de arte muchas veces porque ni siquiera él recibió educación artística y no todos tienen la cultura de visitar un museo, prefieren ir a comer pupusas. Lamentablemente esa es la situación real de los docentes o de los adultos en nuestro país.

¿La educación privada arrastra el mismo déficit que la educación pública?
Es que no hay profesionales idóneos en las disciplinas del arte. A nivel nacional solo hay dos personas de (música, danza, teatro, plástica): una que está en La Unión y la otra soy yo. Por eso no se puede desarrollar un programa. En los colegios privados —porque yo trabajo en ellos— el profesor de música solo da música y nada más. Ejemplo más: el de música tiene miedo de entrar a la especialización porque se pregunta cómo va a aprender danza, teatro, plástica si la música le ha llevado toda la vida.

¿Ustedes están pidiendo conocimiento, no experiencia…?
Sí, tener los conocimientos básicos de cada rama. Y tener empatía. Y respetar la opinión porque no todos somos expertos en todo. Buscamos la cimiente, la capacidad para que cualquier obra —con las herramientas que les damos— encuentre valoraciones con criterio propio para captar el mensaje. Eso es educación artística.

El horizonte pinta cambios sociopolíticos, ¿un nuevo gobierno qué debe asumir en educación artística?
Mire: la característica de un docente debe ser la perseverancia y tener seguridad y convicción en lo que está haciendo. No hay que basar en la política los procesos educativos. Los procesos sociopolíticos van y vienen y son cambiantes como la vida; pero si como docentes estamos comprometidos y hacemos bien nuestro trabajo, pues eso sí hará la diferencia en los ciudadanos que continuarán en este país.