Escuela Mónica Herrera y Universidad Don Bosco ganan premio internacional de diseño

Bajo una alianza, diseñaron y desarrollaron un proyecto que ayudará a mejorar la calidad del agua que consumen las familias de la comunidad El Majahual, de La Libertad. La iniciativa se impuso ante otros trabajos de diseño en una prestigiosa feria que se llevó a cabo en Nueva York.

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FOTO EDH/ Salvador Meléndez

Por Susana Joma

2018-06-14 9:06:41

Un equipo multidisciplinario de estudiantes y docentes de la Escuela de Comunicaciones Mónica Herrera (ECMH) y de la Universidad Don Bosco (UDB) se agenció el Editor´s Award categoría ICFF School, de la International Contemporary Furniture Fair, que se llevó a cabo del 20 al 23 de mayo, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos.

La ICFF International Contemporary Furniture Fair es una de las cinco ferias de diseño más reconocidas a nivel mundial.

Los universitarios, quienes trabajan en el marco de una alianza interinstitucional, fueron galardonados gracias al proyecto denominado “ECMH + UDB Diseño para la Vulnerabilidad”; se trata de un trabajo de investigación del que ha surgido una solución para mejorar la calidad del agua que consumen las mil familias que residen en la comunidad El Majahual, de La Libertad.

Y es que como parte del esfuerzo estos jóvenes han diseñado y desarrollado un filtro para purificar el agua, el cual puede ser replicado con facilidad por los residentes del lugar, debido a que en su fabricación solo se utilizan materiales o elementos de bajo costo, entre ellos un cántaro plástico, una cubeta plástica, tubo pvc, empaques, barro y biocarbón. Este último es producido a partir de corteza de coco que se quema a determinada temperatura.

El equipo investigador, que combina alumnos de la carrera de Diseño Estratégico de la ECMH, así como de Diseño y Diseño Industrial de la UDB, ha creado de forma paralela otra versión de filtro con miras a que alguna organización no gubernamental lo comercialice para financiar el que está destinado a distribuirse en las comunidades.

La nueva herramienta, que ha sido denominada Filter for life (Fili) en este momento está en proceso de validación con los miembros de la comunidad El Majahual, para identificar si se requiere mejoras.

Eugenio Menjívar, docente de la Escuela de Comunicaciones Mónica Herrera, quien impulsó la idea de que las instituciones se aliaran y coordinó la ejecución del este proyecto junto a su colega de la UDB, Marcela Mendoza, explicó que el equipo está conformado por cinco alumnos de cada centro: Por la Mónica Herrera participan Beatriz Rivera, Raquel Saravia, Gabriela Cladellas, Diego Ciudad – Real y Gabriela Amaya Ferrufino; mientras, por la universidad salesiana lo hicieron Teresa Morán, Andrea Melara, Erick Martínez, Alexander Rivas y Carlos López.

Menjívar detalló que la iniciativa se impuso ante las que expusieron otras catorce prestigiosas instituciones educativas de nivel superior que asistieron a dicho evento, que en total reúne a alrededor de 900 empresas, y al que asisten 34 mil diseñadores profesionales, entre ellos figuras reconocidas que tienen una visión social.

Otros centros de enseñanza que compitieron son Savanah College of Art and Design; California College of the Arts; University of Cincinnati; Kean University; Maine College of Art; New Jersey Institute of Technology School of Art and Design; Pratt Institute; Rhode Island School of Design; Rochester Institute of Technology; University of Illinois at Chicago.

Beatriz Rivera, quien cursa quinto año de licenciatura en Diseño Estratégico, en la ECMH, manifestó que ellos aplicaron para formar parte del equipo, y una vez quedó conformado se procedió a definir el lugar de la costa salvadoreña en donde realizarían la investigación, luego desarrollaron un proceso de análisis de los problemas que predominaban en ese lugar, e identificaron que el principal era la falta de acceso a agua segura.

Rivera expuso que del total de familias que habitan en la comunidad El Majahual solo 250 tienen acceso a agua que obtienen a través de sistema de distribución por sistema de mecha, las otras 700 extraen de un río, así como de pozos y nacimientos de agua que están en la zona pero que presentan contaminación química y bacteriológica, según determinó el laboratorio de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES), a donde llevaron a procesar muestras.

En la actualidad los habitantes solo utilizan cloro para mejorar la situación del agua de consumo, pero los jóvenes consideran que eso no es suficiente.

Teresa Morán, quien estudia la licenciatura en Diseño Industrial en la UDB, dijo que el filtro que han desarrollado es un primer paso para limpiar el agua, pero aclaró que se requiere que otras instituciones intervengan para contrarrestar con químicos la presencia de bacterias que se detectaron, como la Escherichia Coli.

Las jóvenes manifestaron que durante la investigación lograron determinar que los niños y adultos de la comunidad enferman frecuentemente del estómago a causa de la contaminación del agua, y la situación se complica por la lejanía de las unidades de salud.
Confían en que a finales de este año podrán presentarles a los residentes el fruto de su esfuerzo.

“El proyecto en sí, Diseño para la Vulnerabilidad, es de largo plazo, son varias etapas en las que también está incluida la de crear consciencia en la comunidad y eso no se hace en un año”, agregó Morán.

En opinión de Beatriz, alumna de la Mónica Herrera, lo que más le ha marcado es ver lo grande que ha llegado a ser el proyecto; ver cuánta gente ha estado involucrada par hacer una propuesta de solución integral al problema del agua que no solo abarque la creación de un producto, sino que también integre a la comunidad; encontrar la forma de vender esta propuesta; y ver el gran interés que este despertó entre los asistentes a la feria.

“En mi caso de la cosas que más me impactó fue el hecho de trabajar con un grupo multidisciplinario. Me ha abierto la mente porque permite evaluar un problema desde diferentes puntos de vista, recibir feedback (retroalimentación) y diferentes opiniones que te nutren”, agregó por su parte Teresa, de la Universidad Don Bosco.

Tanto ellas como el resto del equipo agradeció el apoyo que les brindaron líderes de la comunidad, como el caso de Julia, una líder que fue clave para introducirse en el sector, el creador de la biococina, y otros profesionales que consultaron en distintas instituciones, entre ellos la doctora Odet Varela, que ha hecho estudios de medioambiente y biocarbón, y los orientó en ese tema.

Eugenio Menjívar, el docente investigador de la ECMH, dijo que esta es la segunda oportunidad que ambas instituciones participan de esa forma en un proyecto de este tipo: “Es más, a esta feria internacional se aplica como Escuela de Diseño, no como colaboración”. La primera vez lo hicieron con el proyecto Diseño para la Movilidad que era con enfoque en el café.

Menjívar, quien tiene una profunda visión social, destacó que este esfuerzo es muy importante porque “en nuestro país el diseño todavía se interpreta como un elemento visual, como un elemento estético, no como la función real que tiene”, y este esfuerzo demuestra que no están limitados a ello.

Marcela Mendoza, coordinadora del proyecto por la UDB, considera que este es un gran paso que los beneficia tanto a ellos como docentes que enseñan estrategias y competencias, como a los estudiantes que las desarrollan al punto de crear productos sorprendentes, e innovadores.

La docente sostiene que esto también les permite mostrar que el país también puede destacar a nivel internacional por cosas positivas, y no solo por la violencia.

“Nosotros como escuelas nos estamos uniendo porque queremos cumplir una función: dejar una semillita para que germine, y demostrarle a las demás universidades que se puede soñar, y hacer buenos productos”, advirtió.

Mendoza dijo que el premio es una luz que les indica que van por un buen camino con el proyecto, más allá del estrés y las dudas que en algunos momentos han enfrentado.

Marcela Ávalos, directora de la Licenciatura en Diseño Estratégico de la ECMH, afirmó que cuando iniciaron la alianza lo que buscaban era generar un intercambio de conocimientos entre estudiantes y docentes, y ese involucramiento ha permitido que el proyecto sea exitoso.

Ávalos destacó que para los estudiantes ha sido una experiencia que excede los años que han pasado en las aulas de la universidad, porque han puesto en práctica los conocimientos adquiridos en sus respectivas carreras, pero también han aprendido nuevas cosas que les servirán en su vida profesional.