Hay alrededor de 900 donantes de sangre activos en el centro de banco de sangre de la Cruz Roja Salvadoreña, su constancia permite mantener las cantidades necesarias Sin embargo, no es suficiente para un país que tiene más de 6 millones de habitantes, y en donde la demanda de sangre aumenta en temporadas vacacionales y fin de año.
Rafael Cinefuegos, es uno de los 900 donantes activos, que comenzó su carrera en esta acción altruista desde la edad de 18 años, en el hospital San Juan de Dios en Santa Ana; luego que un campesino agricultor le pidiera ayuda para su esposa, quien estaba muy enferma y él accedió a su necesidad.
“Desde esa época observé que muchos pacientes necesitaban sangre en los hospitales y pensé que sería bueno devolver algo de lo que Dios y la vida me ha dado; lo menos que puedo hacer es dar sangre a quien lo necesite, no me cuesta nada”, dice Cienfuegos.
Por cada donación se benefician
Desde 1981 Cienfuegos, ha donado por medio del Centro de Sangre en Cruz Roja Salvadoreña, su corazón voluntario y altruista le ha llevado a convertirse en voluntario socorrista.
Admite sentirse privilegiado al ayudar a otros; “Al momento, llevo registradas en Cruz Roja 162 donaciones; de poco a poco he llegado a esta cantidad; estoy a punto, la próxima semana, de ejercer la próxima donación. Después de donar, me queda una gran satisfacción personal porque he ayudado, de forma anónima y voluntaria, a alguien que no conozco y puede ser un niño, una mujer o un hombre que se debate entre la vida y la muerte”, enfatiza.
En 2016 Rafael Cienfuegos recibió un reconocimiento por haber alcanzador 150 donaciones de sangre voluntariamente, este año ya lleva 162. Foto cortesía Cruz Roja Salvadoreña
Al preguntarle cuál ha sido la clave para mantenerse como un donante activo por mucho tiempo, admite que es su buen estado de salud y estilo de vida para ser un donante responsable y brindar sangre de buena calidad; tratar de dar ejemplo para que crezca el número de donantes. Su rutina antes de ir a donar, es normal, toma su desayuno, ya que, por costumbre dona por las mañanas, eso sí, trata de dormir bien, como minino seis horas.
El récord de Rafael Cienfuegos es
“Desde un punto de vista humanitario, pienso que todos tenemos la obligación moral de ayudarnos unos a otros; únicamente por medio de donaciones se puede obtener sangre, esta no se puede hacer de forma química o artificial” enfatiza.
Los donantes activos ayudan a mantener las cantidades necesarias al centro de donación, sin embargo, no es suficiente. /Foto cortesía de Cruz Roja Salvadoreña
Cienfuegos explica que existen muchos mitos sobre el tema, tales como: el donante engorda, que se envejece prematuramente y más; pero no son ciertos; “es más, creo que se rejuvenece después de cada donación, ya que el torrente sanguíneo se renueva”.
Lo imprescindible
Rafael Cinfuegos, además de tener un corazón altruista, es un apasionado por su trabajo, de los deportes extremos, de la buena música y buenos hábitos alimenticios.
Acepta que tiene una dieta normal como todo salvadoreño pero “quiero ser responsable y donar sangre de buena calidad a los receptores ; para ello, llevo una vida libre de promiscuidad y me alejo de factores de riesgo que puedan dañar mi salud”.
Sus buenos hábitos le permiten hacer entre cuatro y cinco veces donaciones por año.