Con 68 votos fue creada este jueves, en la Asamblea Legislativa, la Comisión Especial para investigar el caso del sitio arqueológico Tacuscalco, ubicado entre los municipios de Sonsonate y Nahuilingo, al occidente del país.
La comisión está conformada por los diputados Antonio Almendariz, Silvia Ostorga, Javier Valdez, Rigoberto Soto, Rodolfo Parker, Juan José Martel y Leonardo Bonilla.
Tacuscalco fue declarado Bien Cultural por acuerdo ejecutivo en 1997. Datos históricos señalan que fue en este lugar donde se libró la segunda batalla de los conquistadores españoles y aliados contra sus habitantes pipiles allá por el año 1524.
Doctor @norman_quijano, Presidente de la Asamblea Legislativa, juramenta a los diputados elegidos para conformar la Comisión Especial para investigar el caso de Tacuzcalco entre los municipios de Sonsonate y Nahuilingo. pic.twitter.com/EYwNGsw4S4
— Asamblea Legislativa (@AsambleaSV) 7 de junio de 2018
Se cree que sus primeros pobladores fueron mayas y que el primer asentamiento data del período preclásico y clásico (1000 a. C. al 900 d. C.).
Según investigaciones, en el lugar se han descubierto más de 40 montículos en un rango de 2 km cuadrados por lo que es considerado uno de los sitios arqueológicos más importantes de El Salvador.
Tacuscalco: la tierra donde los pipiles defendieron su honor ante Pedro de Alvarado
En 1524, en lo que actualmente conocemos como la zona noroeste de Nahuilingo, cantón El Guayabo, nuestros antepasados se resistieron en una aguerrida batalla ante la invasión de los españoles que eran dirigidos por Pedro de Alvarado. Actualmente, es considerado un bien patrimonial de 46 manzanas; sin embargo, parte de ellas han sido destruidas por un proyecto urbanístico.
Tacuscalco está protegido por la Ley Especial de Protección al Patrimonio Cultural de El Salvador (LEPPCES). Actualmente Secultura libra una batalla para evitar este sea dañado.
En el 2017 fue suspendida la construcción de un proyecto habitacional en la zona por considerar que provocaba daños irreparables al patrimonio.
Tras una inspección por parte de la Secretaría, las autoridades señalaron que se había constatado la presencia de material cultural prehispánico destruido: fragmentos de cerámica, obsidiana y lític y evidencia de la alta presencia de estratos culturales que salieron a la superficie debido a las obras de terracería realizadas por la empresa constructora, la cual no contaba con los permisos de la Ley de protección de patrimonio cultural.