Una cosa es tener un matrimonio donde el romance sigue vivo como en las mejores épocas de noviazgo, y otra es un noviazgo que no acaba de llegar al matrimonio.
Si ya estás desesperada porque tu relación avance pero no sabes qué hacer al respecto, te compartimos cuatro pasos que te ayudarán:
1. Sé realista con respecto a tu relación
Por ejemplo, pregúntate: ¿tienen futuro?, ¿comparte él tu visión de pareja?, ¿la relación marcha bien?, ¿cuentan con lo necesario para aventurarse a ser un matrimonio?, ¿quieres casarte porque deseas pasar tu vida a su lado, o simplemente sueñas con el ritual de la boda?

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Cuando la etapa del noviazgo termina, inicia otra mejor. Sabrás que estás a punto de ser parte de otra etapa de tu vida, cuando notes que él hace estas cosas.
2. Habla claro sobre tus deseos
Hazle saber lo que opinas del matrimonio, y pregunta su opinión al respecto. Si no está a favor, no te engañes, las posibilidades de que cambie de idea son pocas. No es lo mismo no estar preparado, que no desear casarse. Que la información te sirva para planear tu futuro.
3. Aclara sus dudas
Y claro: haz que él responda tus preguntas. Muchas veces, el tema económico es lo que detiene a los hombres a dar el paso. Aunque los tiempos han cambiado, ellos siguen siendo los que se ven más afectados en este sentido ante una separación. Para ambos, dejar en claro qué pueden esperar y a qué se comprometen, puede ser de gran ayuda para decidirse.

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4. Ultimátum no, pero plazos sí
Les guste o no, las mujeres tenemos un reloj biológico que debemos de tener en cuenta. Es importante que sepas qué tanto estás dispuesta a esperar, y que él también lo sepa, así lo que pase será bajo su propio riesgo. No se trata de presionar, pero tampoco de dejar las cosas al azar.
Si después de que han pasado juntos suficiente tiempo, de que en el amor no hay dudas, de que se ven y comportan como pareja, y no pones tu dignidad en riesgo, entonces ponle fecha a tu boda.