Para el juez Sexto de Instrucción de San Salvador, Roberto Arévalo Ortuño, quien conoce el caso de Carla Ayala, los testimonios de los cuatro agentes imputados del extinto Grupo de Reacción Policial (GRP) brindados la noche y madrugada de la reconstrucción de los hechos han dado otra hipótesis del motivo del crimen: posiblemente fue planificado.
En esta entrevista con El Diario de Hoy, el juzgador explica ante qué caso se enfrenta el sistema judicial salvadoreño y advierte que de no haber una investigación robusta de la Fiscalía, este puede caer en la impunidad.
¿Qué es lo más difícil de conocer un caso como el de Carla Ayala? El IDHUCA dice que es un proceso complejo.
Es un proceso complejo porque, en primer lugar, se da dentro de una institución que no debería tener este tipo de casos, que es la Policía. En segundo lugar, tenemos también consciente o inconscientemente, a ´los compañeros de la familia, no podemos perjudicarlos´. Se les olvida que la víctima también es de la familia.
De las versiones que escuchó la noche y madrugada de la reconstrucción de los hechos, ¿le parece alguna creíble para llegar a una verdad?
Son bastantes buenas tres de las cuatro. A pesar que hay pequeñas diferencias, pero no son diferencias de fondo, sin embargo, de las tres que son más o menos creíbles, una es la que me parece muy apegada a la realidad. Sólo que esta persona es una que tiene el cargo de “águila”, que es el que cuida el perímetro de la base, porque dice que él estaba dormido, lo llegaron a despertar para que tomara su turno. Dice él, que de la mayoría de los hechos, no se dio cuenta. Por ejemplo, tenemos que Castillo Arévalo llegó, según la narración, dos veces a la sede del GRP y él sólo se enteró de una, que es cuando salió en su persecusión. Me parece que esa es la mejor, la versión más creíble, más apegada a la realidad. Las otras, me parecen bastante buenas, pero tienen algunos detalles que no voy a mencionar ahorita, porque me parece que falta algo ahí. Y a uno sí lo sentí muy hermético, como que no quería ayudar mayor cosa. Dice que él no se dio cuenta de nada, porque su función es estar simplemente en la caseta de entrada, como que fuera ciego, mudo y sordo, que no vio, no oyó, no dijo nada. La única cosa que dice que es más o menos válida, que llegó Castillo Arévalo y dijo “aquí están las llaves de la patrulla”, las tiró y salió corriendo, y fuera de ese pedacito, fue muy hermético, no aportó nada. No me parece tan creíble que no se haya dado cuenta de eso.
Para usted, ¿existiría -por lo que menciona, al contrastar todo los testimonios- alguna complicidad entre ellos mismos o también el miedo de poder llegar a jefaturas de la Policía por este caso?
No sé por qué el hermetismo, si es por complicidad o por miedo a las jefaturas, eso sería una conjetura demasiado temeraria de mi parte, pero sí hay un hermetismo de no aportar todo lo que se sabe. Definitivamente eso sí.
La Policía pide que separar al IDHUCA como querellante, ¿ya tiene una resolución?
Sólo le voy a dar el pequeño adelanto: que declaro sin lugar el escrito de los apoderados de la Policía.
¿La reconstrucción de la escena de la desaparición de Ayala arrojó pistas o más dudas?
Algunas pistas y algunas dudas, más o menos lo mencionaba el día de la reconstrucción, que hubo un rompecabezas de 1000 piezas, ya habían formado 100 piezas y con la reconstrucción logré armar otras 150 piezas, pero ahorita me quedo pensando, ¿y esto cómo va? Porque hay algunas fallas que no me satisfacen, sin embargo, tengo que analizar. Por ejemplo, hay un grupo de testigos que ofreció la Fiscalía que tengo que analizarlos para ver si procedería otra reconstrucción más, porque a lo mejor ellos me llena n los huequitos que las cuatro versiones que recibí dejaron.
De momento, con lo que se tiene en la investigación, ¿se podría llegar a establecer una hipótesis fuerte de por qué el agente Juan Josué Castillo Arévalo desapareció a la agente Ayala?
No, porque aquí tal vez manifiesto una grave duda que tengo. Ahorita con lo que se tiene, pareciera que fue un tanto acto de misoginia, machismo, de “yo quiero con esta mujer, y como no quiere conmigo, pues para que aprenda la voy a pegar un tiro”. Me parece muy simplista, primera, porque por una cosa así entendería que el director de la PNC no tendría base para disolver al GRP, ya partir de por qué lo disolvieron. ¿Cómo conectamos esto? No lo sé todavía, por un lado. Por otro lado, el testimonio dice que se subieron al carro y borrachín, pero iba medio conqueteándole: “no, yo tengo pisto, que no sé qué”, y que de repente recibe una llamada y saca la pistola y le pega el tiro, más pareciera algo planificado. No parece como un acto pasional. Hay una serie de elementos que habría falta ver, tengo que hablar con Fiscalía para ver, porque entiendo que saben el número que tenía Castillo Arévalo, si me pueden localizar el teléfono el cual le llamó unos segundos antes de que le disparara a la agente desaparecida. Tal vez eso nos arroja también más datos.
¿No hay pistas de quién le llamó al policía?
Por ahorita no, y lamentablemente un axioma que me enseñaron en la faculta de derecho real: lo que no está en el expediente, no existe. Claro, ahorita ya tenemos ese testimonio que no estaba antes, de los agentes que conducían el carro en el que iba la agente Ayala, que dicen que le iba coqueteando (Castillo Arévalo): “yo tengo pisto, que no sé qué”, y que de repente recibió una llamada, sacó la pistola y le pegó el tiro. “Así quería esta perra”… como que se rompe la concatenación que llevaba (la investigación).
¿Considera entonces que en la etapa de instrucción podría tomar otro rumbo la investigación?
Como posibilidad sí, definitivamente no se puede descartar.
Ante casos como este, que han estado en el centro de la opinión pública, ¿cuál es el reto al que se enfrenta el sistema judicial de El Salvador?
Si llega a pasar a sentencia, es básicamente, uno, no dejarse presionar por ningún poder, ni policial, ni económico ni presionar, ni por remuneración, ni por miedo. Ese es el primer punto: ser muy independiente,ni tampoco (presionar) ni siquiera por el señor Fiscal (Douglas Meléndez). No me gusta, no soy busca pleitos, pero me incomoda la actitud del señor Fiscal, que cuando le salen mal las cosas, es que los jueces son los malos. Ni siquiera Fiscalía debe presionar, por eso somos independientes, y no independiente por derecho, sino que por obligación. Tenemos la obligación de ser independientes. Ese es el principal reto. El principal reto de la Fiscalía es coordinarse con la Policía para hacer una investigación importante, seria, a fondo, y no permitir que hayan valladares de ningún tipo. El Órgano Judicial puede colaborar un poco, sí, puede colaborar un poco en evitar obstaculización a la investigación, pero la obligación en sí es de Fiscalía.
De no querer declarar los jefes policiales en este caso, ¿qué acciones podría tomar el juzgado?
Podríamos expresar la acción más drástica que se podría buscar, podría ser obstaculización a la justicia y también ser procesados por obstaculizar la justicia, porque si el tribunal lo cita para declarar, no es una invitación coordial de “venga, su presencia dará más realce al proceso”. No, no es así, es obligación.
¿Hasta el momento hay indicios que apuntan a que este caso trascienda a la etapa de juicio? ¿Esperaría una investigación más robusta, una coordinación, como ya decía, entre la Policía y la Fiscalía?
Indispensable una investigación robusta, indispensable. Ahorita, así lucitas que dan a pensar, mire, mejor profundicemos porque esto podría ser más grande, pero si llegamos hasta el final de la instrucción con sólo con lo que hay, es insuficiente.
Si a la fecha del vencimiento del plazo de instrucción, no existe una investigación robusta, ¿este caso podría quedar en la impunidad?
Pudiese ser, porque aunque decidiera pasarlo a vista pública, el tribunal de vista pública tiene la obligación de ser más exigente que el de instrucción, porque yo sólo tengo que analizar si existe la probabilidad que sean culpables, ya sentencia es son o no son. Con lo que hay, creo que en sentencia, si no se profundiza más, posiblemente termine en impunidad, pero hay que ser optimistas.