Una de las telas más versátiles y que está presente en mucha de las prendas de vestir que usas es el rayón.
Hecho de fibras de celulosa purificada, esta tela suele crearse de la pulpa de la madera o deriva de otros materiales naturales. Contiene una mínima de productos químicos para que funcione y por eso es una fibra artificial.
Entre sus principales características encontramos que es suave, lisa, confortable, absorbente y de baja resistencia elástica.
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Es tan maravilloso el rayón que de ahí proceden otros tipos de tela como la viscosa. Se parece al algodón pero no es lo mismo, sin embargo mantiene ciertas características como absorción de la humedad, frescura y qué más decir, también se elaboran blusas y vestidos de ella.
Otro hijo del rayón es el rayón modal, hecho de haya, y el lyocell presente en los jeans y camisas de vestir.
Como puedes ver tiene muchas variantes pero si prefieres puedes quedarte con el rayón tradicional por estas razones: es maleable, se ajusta a todas las formas y medidas, y puede combinarse con todo tipo de ropa.
Lo primero que debes saber es que el rayón tradicional no es una tela duradera así que puede experimentar cambios a partir de cómo la lavas. Se agranda, encoje o destiñe. Para evitarlo lee la etiqueta de cuidado de la prenda y por nada del mundo retuerzas para eliminar el agua.

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Si hablamos de rayón de acetato (una mezcla de material sintético llamado acetato y fibras naturales en este caso rayón) estamos frente a una tela aún más delicada. Al momento de planchar te recomendamos que coloques una pieza blanca y delgada sobre la tabla de planchar y encima la prenda. Plancha en el lado menos brilloso al nivel más bajo y con cuidado porque el calor la quema fácilmente.

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En cuanto a la tela rayón modal tiene la ventaja que es muy resistente, mucho más respetuosa con el medio ambiente que la viscosa. Tampoco se encoje o deforma en el lavado. Para que mantenga la misma suavidad y elasticidad plancha cuando esté húmeda a temperatura baja y lava con agua fría o tibia.

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El lyoncell es una es una fibra sintética biodegradable, retiene el calor corporal, es fresca y fácil de cuidar, no se arruga, ideal para pieles sensibles y no causa irritaciones. Puedes lavarlo a mano y meterlo en la secadora a temperatura de 60 grados. Esta es un tipo de fibra sintética que se crea de la celulosa, sobre todo del eucalipto.

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