Los municipios con las tradiciones y muestras de fe más populares

Semana Santa es el tiempo perfecto para buscar la comunión espiritual y conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

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Por William Santos/ servicios@eldiariodehoy.com

2018-03-22 9:00:29

Algo que caracteriza a El Salvador es su fervor religioso. Semana Santa es la época del año en que la feligresía católica se une para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. No es de extrañar que incluso en los lugares más recónditos del país se conmemore a lo grande.

El padre Joaquín Álvarez, de la Parroquia Cristo Salvador, dijo: “La gran celebración es la Vigilia Pascual, es el Sábado Santo en la noche, donde el punto central es la resurrección el Señor”. Además hizo el llamado a la gente para prepararse espiritualmente en la reconciliación y motivó a participar en todos los actos religiosos.

Algunas tradiciones en el país destacan por su alcance y magnitud. También por lo que representa para los feligreses.

Como en el caso de Panchimalco, donde cada Domingo de Ramos, entre cánticos y el agitar de las palmas, los feligreses recuerdan la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.

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El recorrido inicia por las plantaciones, seguido de la visita al río Grande, una zona fronteriza entre el país y Guatemala.

Y el Lunes Santo cientos acuden a ver a los Talcigüines, de Texistepeque. Donde adultos y jóvenes visten trajes rojos, representando al mal y van por las calles azotando con látigos a pobladores y turistas. Se cree que al recibir azotes los pecados son limpiados. Pero al final, quien personifica a Jesús vence a los endemoniados.


También el Lunes Santo, en Chalchuapa, los católicos lavan las vestiduras de Jesús en el río Trapiche, como parte de las actividades de la Semana Mayor. Esta tradición se realiza desde hace más de 100 años.


En Ahuachapán, los feligreses acuden el martes por la mañana a la procesión de la Reseña, conocida también como “la procesión de los ricos”, de acuerdo a datos de la Casa de la Cultura de esa cabecera departamental.

Según datos de la Casa de la Cultura, a esa procesión, antiguamente, solo iban personas ricas vestidos de gala, traje azul negro o negro, a pesar del inclemente sol. Iban en solemnidad y el recorrido pasaba por las casas de la gente pudiente. Ahora se le conoce como la procesión dedicada a los ahuachapanecos que viven fuera del municipio y que, en teoría, son los que asisten a la actividad.

En Izalco, en Sonsonate, se realiza la Procesión de los Cristos , que inicia el Jueves Santo y finaliza la madrugada del viernes. Son 12 imágenes de Cristo, adornadas con palmas y flores, las que abanderan la procesión, es una imagen por cada cofradía. Cada uno de los Cristos que participan en la procesión es velado durante la mañana y la tarde.


El Viernes Santo es uno de los días de mayor actividad. Y la capital no podía quedarse atrás, cada Viernes Santo los fieles católicos acompañan el tradicional Vía Crucis que recorre la Calle de la Amargura hasta culminar en la Iglesia el Calvario.

En Sensuntepeque, la tradición es que los feligreses elaboren una alfombra, con una longitud de aproximadamente 200 metros, es una de las más grande del país.


Sonsonate se caracteriza por su solemnidad y fervor en las procesiones. La imagen del Nazareno recorre las principales calles pasando por las distintas estaciones y sobre las coloridas alfombras realizadas por los fieles. Al evento acuden turistas de todo el país y el extranjero.

En el municipio de Chirilagua, en San Miguel, hay una tradición particular. Los lugareños elaboran un muñeco con ropas viejas (simulando a Judas el traidor), lo aporrean (golpean) y la tarde del Sábado de Gloria lo cuelgan.

Sin duda alguna, Semana Santa es la época del año en la que los salvadoreños renuevan sus votos ante el altísimo; conmemoran la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, cumplen penitencias para expiar sus pecados y hacen las paces con sus hermanos.