El turismo ha centrado su vista en islas paradisíacas, en grandes centros hoteleros, en países de gran desarrollo económico o urbes con una intensa vida nocturna. Pero no siempre es así, hay muchos caminantes que buscan un poco de tranquilidad, de paisajes únicos y de experiencias siniguales.
Existen en el planeta muchos lugares distantes donde se pueden contemplar estas características. No podrías llegar a ellos y disfrutarlos de una manera convencional: un avión, un tour en autobús, un itinerario o un guía. No. A ellos arribas luego de una exhaustiva planificación y aliándote a los más intrépidos orientadores turísticos o, incluso, de sus habitantes.
Te invitamos a dar un recorrido por remotos sitios del mundo que invitan a vivir aventuras extremas:
Svalbard, Noruega: Su nombre significa “Costas frías” y nada más apropiado que este lugar situado en el norte del círculo polar ártico.
En este archipiélago se encuentra “fauna única, naturaleza ártica y antiguos pueblos mineros”, de acuerdo con su sitio oficial de turismo. Pero es en esta tundra ártica donde reina el oso polar y tras su certificación de “Destino sostenible” casi dos tercios de la superficie de Svalbard están protegidos, incluyendo tres reservas naturales, seis parques nacionales, 15 santuarios de aves y una zona protegida especial de interés medioambiental.
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La diversión extrema también se incluye para aquellos amantes de las temperaturas gélidas: tours de naturaleza y vida silvestre, visita a museos especializados, avistamiento de ballenas y delfines, entre otros.
Isla de Cocos, Guam: Guam es una isla situada en el Pacífico (meridional de las islas Marianas) y pertenece a Estados Unidos como territorio no incorporado. En su punta sur se encuentra la Isla de Cocos.
En sus 1,600 metros no habita nadie, pero para llegar a ella se aborda un ferry. Tras el atraco pueden explorarse sus arrecifes, su exquisita fauna marítima y descansar en un complejo hotelero cercano a la isla, que recibe a los turistas solo durante el día.
Sus calmas aguas permiten practicar snorkeling y en esa aventura avistar tortugas marinas, delfines, cardúmenes y más. Y en este mismo tranquilo paseo, quienes exploran esta isla pueden tenderse en la arena blanca y disfrutar del resplandeciente sol.
Para quienes se deleitan en el arrullo del océano este lugar es perfecto.
Supai (Az.), Estados Unidos: Situado en los confines de los cañones, esta comunidad es la más remota de EE. UU., sin embargo a trae a los más ávidos de aventura. La tribu Havasupai ha habitado la zona desde el año 1300 d. C. El acceso a este impresionante paraje solo es posible a pie o por helicóptero y el servicio postal llega a su destino por medio de mula. El recorrido de 12 kilómetros vale la pena cuando se contempla las cataratas y se sumerge en las piscinas naturales de Havasu Creek, un afluente del río Colorado.
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Ittoqqortoormiit, Groenlandia: Considerada la población más remota de Groenlandia, este lugar posee un paisaje dominado por osos polares, bueyes almizcleros, aves, renos, morsas “y 18.000 kilómetros de costa accidentada, sin caminos”.
A pesar de que el acceso a este lejano destino es complejo, cada vez hay más cruceros y pequeñas embarcaciones que atracan para realizar expediciones de fauna, naturaleza y entorno a la cultura de sus habitantes.
Las temporadas “altas” de esta ciudad son en primavera y verano, donde los turistas pueden dar recorridos en trineos tirados por perros o en motos, además de navegar en kayak en aguas de 62°centígrados bajo cero para conocer otros asentamientos.
Isla de Pascua, Chile: Quizá el sitio más conocido de este peculiar listado. La isla se encuentra en el Océano Pacífico, tiene 163,6 km² y posee un único poblado: Hanga Roa. La belleza natural y la misteriosa y rica cultura de la etnia rapanui la ubican como un destino turístico mágico.
Ruinas antiguas, volcanes, parques, excursiones en barco, buceo y snorkeling, son solo algunas de las actividades por hacer. Pero su mayor atractivo son las enormes estatuas Moái.
Isla Macquarie, Australia: Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en 1997, esta isla se ubica en el estado de Tazmania y es el hogar de una importante colonia de pingüinos. Los únicos humanos habitantes (entre 20 y 40 personas) de la isla pertenecen al centro de conservación. Pero si alguien decide explorarla es bienvenido. En sus más de 12 mil hectáreas podrá fascinarse en el paraje de montañas, sus gélidas aguas y, por supuesto, los excéntricos pingüinos.