Hay que nombrar magistrados sabios e independientes

Lo esencial es garantizar la independencia de los magistrados como personas y profesionales, lo que a su vez asegura imparcialidad en sus fallos y apego a la letra y al espíritu del orden jurídico.

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Joel Almeida vuela por alcanzar un balón durante el partido entre Chalatenango y Santa Tecla en el Estadio Gregorio Martínez / Foto Por EDH - Jaime Anaya

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2018-02-14 8:55:02

Las venideras elecciones de diputados y alcaldes tienen una enorme importancia para el país, pues toca a la futura Asamblea Legislativa elegir a cinco magistrados de la Corte Suprema y sus suplentes y al futuro Fiscal, que deben ser personas honestas e independientes, señaló el doctor René Fortín Magaña en declaraciones a EL DIARIO DE HOY.

Lo más peligroso sería elegir magistrados por “votación popular”, como han planteado los efemelenistas, que de esa forma muestran no tener nociones sobre el Orden de Derecho y considerarlo un invento burgués que se antepone a sus pretensiones de perpetuarse en el poder.

La historia de los cien años transcurridos desde la toma del poder por los bolcheviques en Rusia, y posteriormente por Mao en China, exhibe los horrores causados, desde los cien millones de muertos en ambos países y las devastaciones en distintas regiones de la Tierra.

Los magistrados deben ser parte de la aristocracia del saber, personas cuya capacidad, conocimientos y limpia trayectoria los ha llevado a destacar en las ciencias jurídicas, como han sido el mismo doctor Fortín Magaña y los actuales magistrados de la Sala de lo Constitucional, Belarmino Jaime, Florentín Meléndez, Sidney Blanco y Rodolfo González.

Una nación civilizada solo puede asentarse sobre la separación de poderes, garantizando pesos y contrapesos institucionales. Esto a su vez garantiza la protección de los derechos de todos los ciudadanos, tanto de los que forman mayoría como de las minorías, validando el principio de la igualdad ante la ley que en los últimos años viene siendo pisoteado al perseguir a personas vinculadas directa o indirectamente a la oposición, pero ser laxos con los que están ligados al oficialismo.

Solo hay que ver los casos de los troleros, de policías acusados de plantar drogas a detenidos o el del fugado hacia Nicaragua.

Todos debemos votar sensatamente
e impedir el derrumbe nacional

Lo esencial es garantizar la independencia de los magistrados como personas y profesionales, lo que a su vez asegura imparcialidad en sus fallos y apego a la letra y al espíritu del orden jurídico, tanto el vigente en El Salvador como lo que es norma en el mundo. Es el mismo “espíritu de las leyes que rige a la humanidad desde hace milenios y que armoniza la razón con la moral”, lo que une al Código de Hammurabi desde hace milenios con el Derecho Romano, la Carta Magna y la Declaración de Independencia de Estados Unidos.

Sería “terrible”, señala el ilustre declarante, caer en manos de prevaricadores, de individuos que obedecen consignas para favorecer intereses y finalidades de grupos de fuerza.

El mayor patrimonio de los pueblos, los ricos y especialmente los empobrecidos como nuestro El Salvador, son sus leyes e instituciones, lo que asegura armonía en la sociedad.

Pero esto lo está socavando permanentemente el actual grupo en el poder, que es incapaz de asegurar la seguridad interna y de prestar servicios esenciales a la población desde la llegada de Funes al poder.

Todos debemos hacer un esfuerzo, como pide el Dr. Fortín Magaña, para votar el próximo 4 de marzo, votar con inteligencia, y ocuparnos de que voten al lado de nosotros nuestros familiares y amigos que no quieren que nuestro país caiga en manos de odiadores profesionales, de individuos con apetencias sin nombre, que solo saben destruir.