Pareja de salvadoreños que adoptó a tres niñas estadounidenses temen ser deportados tras fin de TPS

La administración de Donald Trump revocó el programa el 8 de enero de este año.

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elsalvador.com

Por Karla Corvera

2018-02-12 5:00:26

Para S.M. y A.A., tal vez lo único peor que ser enviados de regreso a El Salvador es la idea de separarse de sus tres hijas. Y S.M. Sabe que es una posibilidad: ha visto noticias sobre familias divididas por detención y deportación, según declaraciones al medio “The Desert Sun”.

El diario estadounidense realizó recientemente un reportaje sobre esta familia que está amparada bajo el TPS, programa que fue revocado por decisión de la administración Trump el 8 de enero de este año. La pareja pidió al periódico que solo usaran sus iniciales por temor a ser blanco de las autoridades de inmigración.

Por casi 20 años, S.M. y A.A., ambos de El Salvador, han trabajado legalmente en Coachella Valley bajo el programa federal llamado Estatus de Protección Temporal (TPS). El cual les ha permitido ahorrar dinero para comprar y formar una familia.

Tras casarse la pareja decidió adoptar a tres niñas nacidas en EE.UU., unas gemelas de 5 años y una tercera de 4. “Nuestra prioridad ahora son nuestras hijas… Queremos que crezcan, estudien y tengan una carrera “, dijo S.M. en español. “El cambio de política del presidente Trump pone fin a nuestros sueños”, aseguró.

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Orlando Zepeda emigró de manera ilegal a EE.UU. durante la guerra en El Salvador. Mientras luchaba por ganar lo suficiente para sobrevivir una familia estadounidense le ayudó para obtener su permiso de trabajo.

Este dilema de la familia de Coachella es el resultado de la intersección de las políticas federales de inmigración y el sistema de adopción estatal, dos sistemas laberínticos que a menudo no se comunican entre sí, según publica el medio americasvoice.org.

En California, los funcionarios de adopción priorizan la estabilidad cuando colocan a un niño en un nuevo hogar, pero no están obligados a pedirles a sus padres su estado migratorio.

En este caso, el Estatus de Protección Temporal para salvadoreños – que había venido como “temporal” solo en nombre – permitió a S.M. y A.A. construir el hogar permanente que necesitaban las pequeñas niñas.

“Te vas a dormir y te despiertas pensando constantemente, Dios, ¿Qué va a pasar? “, asegura S. M. al recordar que están contra reloj ya que este programa finalizará en septiembre de 2019.
El tiempo corre y los padres de Coachella, que han vivido por más de 20 años en EE.UU., están atrapados entre tres opciones:

Mover a sus hijas a El Salvador, una nación que que el gobierno estadounidense advierte a los turistas que no viajen allí; regresar a El Salvador sin sus hijas o permanecer en los EE. UU. como inmigrantes indocumentados, tratando de mantener sus vidas mientras enfrentan la amenaza diaria de arresto o deportación.

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“El principal problema que pasan los deportados es que nos invisibilizan, nos rechazan; no hay trabajo, no nos ayudan”, dice Hugo Castro, quien fue deportado en 2015.

“Donde sea que vayamos, donde estemos, nuestras hijas estarán con nosotros”, dijo la madre de las pequeñas a “The Desert Sun”.

El fin del TPS afecta a más de 200,000 salvadoreños, así como sus más de 192,000 niños nacidos en Estados Unidos, según el Centro de Estudios de Migración. Pero es probable que muy pocos padres con esta designación hayan adoptado a niños nacidos en este país, como lo hiceran S.M. y A.A.

El TPS ha ayudado a construir la economía de los EE.UU. al permitir que sus destinatarios ayuden a las empresas locales a crecer. Muchos inmigrantes salvadoreños se han unido a las comunidades locales algunos como dueños de negocios establecidos, otros como empleados, e incluso líderes de la comunidad.

Este anuncio es un gran golpe para los salvadoreños y la comunidad inmigrante de los EE.UU. ya que las deportaciones ahora pueden ser constantes e inevitables.

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Para muchos regresar a su patria significaría arriesgar sus vidas y las de sus hijos. Así lo perciben S. M. y A.A. quienes no quieren dejar los Estados Unidos y no quieren que sus hijas crezcan en El Salvador.

El Salvador, un país de más de seis millones de personas, registró casi 4,000 asesinatos en 2017, según Associated Press. El país es tan peligroso que el Departamento de Estado de los EE.UU. ha pedido a las personas que no viajan allí.

Con información de “The Desert Sun”.