Futbolistas y cuerpo técnico de Alianza festejaron con la afición

Alianza fue respaldado por la gente y celebraron juntos el nuevo récord

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Por Raúl Recinos

2018-02-11 9:46:19

SAN SALVADOR. Tal y como se anunció unos días antes del partido ante Pasaquina y tras conseguir el objetivo de no perder para alcanzar la marca de 34 compromisos sin perder, el plantel albo, cuerpo técnico y directivos se fueron a festejar con la afición que se concentró en el las gradas del sector general.

La champaña ya estaba fría, solo se ponía atención a que llegara el pitazo final y que el marcador no se moviera en contra de los paquidermos. Todos los involucrados en este nuevo logro del equipo de la capital caminaron hacia el tendido popular, al nivel de la cancha, para destapar las botellas y soltar algún estrés acumulado por la presión de batir un nuevo récord.

La Barra Brava y la Ultra Blanca, las dos barras de los albos, se unieron en una sola para seguir cantando. La emoción de ver a su equipo que está marcando una época de oro no impidió que se corearan las mejores canciones con las que alientan partido a partido.

La fiesta que montó la hinchada empezó desde temprano en los túneles de acceso a los graderíos. No paró la fiesta, todo empezó una media hora antes con las diferentes melodías de apoyo.

Sin embargo, hubo momentos en los que sí exigieron más esfuerzo, pero al final, el empate, aunque fue sin goles, vale para escribir su propia historia en el fútbol nacional.

Cerca de su gente, los jugadores albos se dieron un merecido baño de champaña. Cada uno pasó a la historia del club y del fútbol salvadoreño en general. Por eso, no se guardaron nada y siempre se acordaron de los rivales, sobre todo de los tigrillos.

Álex Larín fue de los pocos jugadores que tomó el micrófono para repetir, como en la final pasada, y ser el maestro de la orquesta y cantarle a FAS, aunque no estuvieran presentes, pero que con el transcurso de los partidos se van convirtiendo en uno de sus más grandes archirrivales.

Lisandro Pohl, presidente de los paquidermos tomó la iniciativa, agradeció a los aficionados, que en alguna medida respondieron al llamado para ser testigos del nuevo registro impuesto.

Solo días antes, el directivo de los albos había mencionado que la cantidad de gente en el estadio cuando actuaban de local era baja para una plantilla que cuesta más de 100 mil dólares al mes.

Fue un tiempo de unos 20 minutos, se repasaron varias canciones y hubo humo blanco, las bengalas se encendieron para hacerse sentir en un día inolvidable para todos los aliancistas. El camino sigue y los blancos pueden dejar la vara más alta para el equipo que quiera superarlos.