El juego inició con un Dragón decidido a atacar el arco de Ismael Valladares. Un tiro libre que prometía mucho en dos minutos de juego, fue malogrado en un intento elaborado de combinar entre Moraes y Chávez. El primer indicio denotaba a una visita hambrienta por anotar, pero sin eficacia.
Dragón lo intentó por las bandas, sin éxito, pero era en esa franja de la cancha donde podía moverse mejor, ya que por el medio Chalate imponía condiciones físicas y tácticas.
Yuberney Franco hacía lo propio para Dragón, en punta, siendo poste e imán de los centrales; sin embargo, el resto de su equipo no le acompañaba con la misma velocidad y acierto. Chalatenango por su parte buscó con balones largos a Bladimir Díaz, el único recurso tras visualizarse espeso en la media.
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A los 16 minutos, de nuevo el trabajo en punta de Franco lograba acerca a Dragón al área de Valladares, un despeje tibio y al centro de Palacios, en plena custodia a Franco, dejó el balón a Áxer López, que mandó para alivio local una conversión de rugby sobre el arco. Sin fineza, Dragón lo seguía intentando.
Una internada de Héctor Cruz por el costado derecho de Chalate prometió mucho tras sortear a varios marcadores de Dragón, pero su débil tiro se fue ancho. Un envío de tiro libre a cargo de Henry Reyes fue oficialmente el primer balón que detuvo Pinzón tras un desvío.
Chalatenango empezó a descomprimir la cancha en su sector en base a la posesión larga en las bandas y el complicado toque corto; complicado por el bote recurrente y alto del balón. Yuberney Franco seguía incomodando a los centrales chalatecos; tanto, que un balón ganado a Palacios obligó a Valladares a salir fuera de su área para despejar. Otros dos envíos de Henry Reyes obligaron a emplearse a fondo a Pinzón, quien no se complicó y resolvió.
Bladimir Díaz de Chalatenango, intenta superar la barrida de un jugador de Dragón. Foto EDH – Gerson Sánchez
Segundo acto
Con Dragón en el área local, inició el segundo tiempo, Chalate seguía sin problemas con su opcion preferencial, la contra.
Mártir Contreras desde la banda, tomó carrera hacia el centro y un derechazo desde fuera del área -desviado levemente por Héctor Cruz- terminó en el costado izquierdo inferior del arco defendido por Valladares. El desbalance llegó a los 54 minutos.
El grito del “Monstruo” le desacomodó las ideas conservadoras a Chalate, una sacudida psicológica que derivó en el ingreso de Jonathan Águila, quien tuvo con un disparo tibio, la primera de peligro para los locales. Renderos, en busca de mas mordiente en ofensiva, dio ingreso a José Barahona, quien desde la media tenía como meta filtrar balones.
Con lo parejo del juego, Pizarro decidió retroceder un poco y apostar por balones largos. Cuidar el gol, fue la premisa. Chalate aceleró con esfuerzos de Rodríguez y Barahona, pero el tiempo no dio para más. Sexta victoria en 11 juegos de liga para Dragón ante Chalatenango.