Seis policías y otras 11 personas particulares fueron condenados, ayer, a penas que van entre los tres y 184 años de prisión, tras comprobarse que participaron en homicidios, conspiración para los mismos, retenciones ilegales, un robo y encubrimiento de hechos, contra miembros de pandillas y otras personas.
Las condenas fueron impuestas por el Tribunal Especializado (antimafia) de Sentencia B de San Salvador, que determinó que los crímenes fueron cometidos por recompensas monetarias o por rencillas personales en los departamentos de La Libertad, Sonsonate y Santa Ana.
La Fiscalía General de la República (FGR) imputó 14 crímenes a 21 personas, de los cuales sólo fueron probados 12 casos.
De los seis policías condenados, Elmer Aníbal Rodríguez Torres, quien proporcionaba uniformes policiales, será el purgará la mayor pena, de 48 años y cuatro meses de prisión.
A él le fueron impuestos cinco años por el delito de agrupaciones ilícitas, 20 por un homicidio agravado, 10 por un intento de homicidio y otros 13 años con cuatro meses por participación en otro caso de homicidio.
Mientras que de entre todos los condenados, el pandillero José Luis Merche Reyes, alias Enano, fue el que recibió la mayor condena: 184 años de cárcel, ya que se probó su culpabilidad en la mayoría de los crímenes.
A él le sigue Jenson Alexander Amaya, con 109 años de prisión. Él era un coyote o traficante que organizó al grupo de exterminio y realizaba tareas de logística.
La menor condena, de tres años, fue para Reina Isabel Marroquín, ya que la Fiscalía sólo comprobó que sirvió como encubridora para asesinar a un pandillero.
Sin embargo, no cumplirá su pena en la cárcel, sino que le será sustituida por diferentes medidas, como no salir del país y presentarse a firmar cada mes al tribunal.
La agrupación fue la primera que la FGR llevó a tribunales, en mayo de 2016. En oriente hay dos procesos por hechos del mismo tipo (ver nota aparte).
Los condenados estaban organizados y recibían entre $100 y $800 para asesinar a sus víctimas: unos se encargaban de contactar a las víctimas, otros de la parte logística -proporcionar uniformes o transporte- y estaban aquellos que buscaban a los pandilleros y civiles para asesinarlos.
Algunos de los crímenes se planearon en la cervecería Tres Puentes, en la colonia El Tempisque, cantón Zapotitán, en Ciudad Arce, La Libertad.
Un testigo controversial
La jueza dio validez al testimonio de clave Sirio, un sicario que participó en todos los hechos y que durante todo el proceso fue cuestionado por los defensores.
La defensa objetó durante el proceso al testigo, pero ayer la jueza sostuvo que la fase para descartar a Sirio ya había pasado.
“Esta versión que da Clave Sirio fue robustecida con otros con otros elementos de prueba, como análisis periciales balísticos, con autopsias y otros elementos”, sostuvo una de las fiscales del caso, quien dijo estar satisfecha con las condenas, pero señaló que revisarán la sentencia por dos casos en los cuales fue dictada la absolución.