LA UNIÓN. Los pescadores artesanales del caserío Pueblo Viejo, cantón Agua Escondida, de La Unión, están preocupado ante la posibilidad de quedarse sin el acceso a la orilla de la playa para salir o regresar de sus faenas.
De acuerdo con los lugareños, hay una persona que es dueño de unas propiedades aledaña a la playa que llegó, al parecer, a hacer unas mediciones del terreno y que cerrará con cerca perimetral la principal entrada que hay al mar.
Aseguran que esa parte baldía le ha pertenecido por muchos años al Estado y que hasta hoy aparece dueño.
Es un tramo que usan no solo los pescadores, sino el resto de residentes para llegar al mar, ya sea para abordar las embarcaciones que van a las faenas de pesca, a bañarse al lugar, o algunos turistas que viajan a las diferentes islas y toman el transporte en Pueblo Viejo.
La Gobernadora de La Unión, Grisia Hernández, manifestó que visitó la comunidad y que todos esos terrenos le pertenecen al Instituto Salvadoreño de Transformación Agraria (ISTA), por lo que el Estado es el propietario y ninguna persona particular puede llegar a cerrar un paso a una playa.
“Es un acceso que dejaron los del ISTA, directamente para los pobladores de la comunidad, y no es posible que haya aparecido un dueño y que lo quiera cerrar”, agregó.
La funcionará se comprometió hacer una segunda visita a la comunidad y lo hará acompañada de los técnicos del Centro Nacional de Registro (CNR), del ISTA y del Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) para que, a través de inspecciones, verifiquen el problema y den por escrito un veredicto.
Federico García, representante de las asociaciones de desarrollo comunal del cantón Agua Escondida, dijo que es ilegal querer cerrar un acceso público.
Según García, de concretarse la amenaza los pobladores se quedarían sin salida o ingreso a la playa.
Doroteo Ruiz, uno de los habitante, dice que es la playa principal de la comunidad y “cercando el lugar, mucha gente será afectada porque muchas comunidades vienen y lo usan para embarcarse”.
Ismael Turcios, vicepresidente de la directiva local, dice que unos 80 pescadores serían afectados si se concreta la medida.
El caserío Pueblo Viejo, cantón Agua Escondida, lo conforman alrededor de cien familias, la mayoría vive de las actividades de la pesca, la agricultura y de las remesas que reciben de sus familiares desde Estados Unidos.