El nepotismo será erradicado de Argentina, declaró el presidente Mauricio Macri al decretar sanciones a los funcionarios que den empleo en oficinas y dependencias a su cargo, a parientes o asociados con un segundo grado de afinidad o consanguinidad.
En 1946, es validó recordarlo, al ser nombrado Ministro de Economía nuestro fundador, don Napoleón Viera Altamirano, revisó el caso de un sobrino suyo que era empleado de una dependencia de Economía, pero no lo tocó pues el nombramiento había sido hecho antes de la llegada al ministerio de don Napoleón.
Macri ha procedido a despedir a los parientes de funcionarios, que no eran muchos, para sentar el precedente y evitar que la lacra del nepotismo se arraigue más en Argentina.
A Macri le repugnaría enterarse de lo que sucede en El Salvador, donde los socialistas del Siglo XXI han tomado al país como su finca y nombran a decenas de decenas de parientes, amigotes, amigatelas y toda clase de personas ligadas a ellos en cargos públicos, lo que siempre va precedido de quitar el empleo a funcionarios de larga trayectoria para meter a los suyos.
Tras llegar al poder y pese a que juraron que no lo harían, los funcionarios efemelenistas hicieron una barrida de personal y colocaron a su gente, llegando al extremo de nombrar en correos a la esposa del titular de Agricultura.
Así sucesivamente se denuncian hartamente en las redes sociales los casos de esposas, hijos, nietos de altos funcionarios.
Se sabe que una diplomática en Estados Unidos está en el cargo por ser hija de un ministro, aunque se dice que no habla inglés ni se sabe de ninguna gestión suya en favor de los connacionales, sobre todo de los afectados por la cancelación del TPS.
Los colocan por sus vínculos, no por su capacidad
El nepotismo tiene altísimos costos para el país, ya que la incompetencia se refleja en todo lo que hacen, como es el caso del desorden imperante en las aduanas y lo que está afectando seriamente el movimiento comercial y las exportaciones salvadoreñas a la región.
Pero eso no le importa al partido oficial, que considera que mientras ellos y sus allegados estén bien, no importa lo que ocurre en la economía y los servicios.
Más bien, mientras hablan de “austeridad”, siguen con el gasto a diestro y siniestro como se ejemplifica con CEPA, donde de la noche a la mañana se duplicó el número de empleados para meter en las planillas a personas quién sabe con qué credenciales.
La incompetencia afecta todo. La cortedad de visión de los diputados efemelenistas impidió al gobierno de Francisco Flores terminar con su plan de anillos periféricos para la ciudad, lo que ha dado lugar a los espantosos embotellamientos del presente.
Y es como cuando una persona encarga a un mal relojero o un mal taller mecánico reparar su reloj o su automóvil; tiene suerte que no se lo desbaraten, que de allí los tenga que llevar a la huesera.
El presidente Macri ha sentado un precedente para toda Hispanoamérica, lo que de seguro irá arraigando a medida que se supere el salvajismo y la amoralidad que caracteriza a los regímenes del socialismo del Siglo XXI y las dictaduras.