Marco practica de dos a tres veces a la semana el golf. También combina con un poco de fútbol para mantenerse activo y siempre chispa en su cotidianidad. Este año, el golfista de 7 años se consagró como el primer salvadoreño en ganar un campeonato centroamericano y de Panamá, un hito para la disciplina a nivel regional.
Junto a su padre Eduardo, aprendió en los últimos años todo lo que se necesita saber para practicar y destacarse en el golf. En la familia Samour, ambos son los únicos que practican dicha disciplina, la cual exige mucha precisión y paciencia. “El primer día que empezamos a practicar le gustó, se sintió bien conmigo. No dejé que Marco abandonara las sesiones, porque con la esfuerzo y tiempo se mejora este deporte tan difícil. Gracias a los profesores del Club Salvadoreño Marco solo ha sabido ganar. Su esfuerzo también ha sido clave de sus logros. No se cansa; cuando vamos a jugar los sábados le encanta. Cada vez que viene (al campo) camina 7 kilómetros”.
Según el padre del atleta, Marco aprovechó también que El Salvador fuera sede del torneo regional que ganó recientemente. Para Eduardo, el nivel de todos los participantes en el campeonato centroamericano y Panamá fue en un principio algo incierto; sin embargo, confió en que su hijo hiciera un gran papel. El empeño de Marco y su determinación fueron claves para que al final pudiera hacerse con el ansiado primer lugar. “En esos tres días de juego se comportó bien, tuvo unas grandes ganas de juego. Admiro mucho cómo se desenvolvió. Fue algo histórico para El Salvador”, subrayó.
Para el padre de Marco, no hay nada difícil puntualmente en el deporte. Sabe que tomará su tiempo para que el chico mejore y pueda dedicarse por completo a ello. Considera que el pequeño tiene un talento que ha ido puliendo con la práctica. Asimismo, admite también que la paciencia es la fortaleza del chico, algo que lo tiene gratamente impresionado. También le satisface que Marco posea madurez.
“Marco es un buen amigo de sus compañeros, es un buen muchacho; es tranquilo, y eso le ha ayudado bastante también en el deporte. Su carácter le permite tener autocontrol para poder dar lo mejor de sí en el campo. Él es ambidiestro, es zurdo de pie y diestro con la mano. Mi familia está muy contenta, al igual que los amigos, y los demás golfistas salvadoreños. Sacó la garra y lo da todo por el país”, indicó.
Marco aprendió el golf en el Club Corinto de Ilopango. Con tres palos, recuerda el pequeño, empezó a jugar y a interesarse por el deporte de los verdes e irregulares campos. “Todos los lunes, miércoles y jueves juego fútbol por las tardes. Nunca jugué futgolf, lo he visto en la tele pero no lo he podido jugar. Recuerdo el primer día, mi papá estaba tirando, luego lo intenté, hice un approach, y la metí en el hoyo. Mi familia siempre me dice: campeón”.
Marco recuerda bien -cuando se consagró en el Club Campestre Cuscatlán- los 37 golpes que dio para llevarse el primer lugar del torneo más exigente. “Al principio del pasado año jugué mal y quedaba lejos de los primeros puestos, pero este año hice lo mejor posible para ganar y lo logré. Lo más fácil del golf es “drivear”, y lo más difícil es “approchear” y “potear”. Quiero practicar el golf hasta que me haga viejo”, sentenció.
Perfil
Datos: San Salvador, 19 de febrero de 2010. Edad: 7 años.
Deporte: Golf.
Palmarés: Campeón Nacional en cat. 0 a 8 años 2016 y 2017 y en Guatemala (2017). Campeón Interclubes Infanto-Juvenil c.a. y Panamá (2018)