Colaboradores felices, empresas más prósperas

El éxito de las compañías depende principalmente del recurso humano. Las capacidades, destrezas y el talento de los colaboradores son piezas claves en su funcionamiento.

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Aunque un buen salario y prestaciones son importantes, los colaboradores buscan sentirse valorados para permanecer en una compañía. Foto EDH/Archivo.

Por Alejandra Campos

2018-02-03 10:27:20

La estabilidad de los empleados dentro de una empresa, está relacionada con distintos aspectos, pero esencialmente con el ambiente, beneficios y condiciones favorables que tengan.

Los demás factores son propios de cada persona, dependerá de sus objetivos a corto y largo plazo, de su esfuerzo, disciplina y dedicación.

Conoce las historias de dos increíbles mujeres que han trabajado toda su vida en el mismo lugar, con la mejor disposición, entrega y amor en esas compañías que les abrieron las puertas y donde hallaron la estabilidad y el cariño, que las hizo quedarse tanto tiempo.

Conchy Gómez
“He disfrutado toda mi vida lo que hago”

Fidelidad y compromiso son características que destacan en una de las colaboradoras con más años dentro de la empresa PSB Xerox El Salvador.

Ana Concepción de Gómez, mejor conocida por compañeros, clientes y amigos como Conchy, es una mujer que posee el don del servicio a los demás. Desde sus inicios ha explotado esta aptitud en PSB Xerox, su casa desde hace 37 años.

En más de tres décadas ha atendido a innumerable número de clientes que posee la compañía, quienes las reconocen por su trayectoria y carisma.

“Lo que más me gusta de mi trabajo es poder ayudar al cliente y buscar soluciones efectivas para cada uno de sus inconvenientes”, manifestó Conchy.

Su estrecha relación con la empresa inició cuando ella cursaba sus estudios universitarios. Fue justo en el periodo de la guerra civil de El Salvador, en el que llegó a la que se convertiría en su segunda casa.

Tras realizar un interinato y gracias a su magnífico desempeño, se le presentó la oportunidad de pertenecer al equipo de PSB Xerox.

Su primera labor fue en el departamento de servicio técnico, pero años más tarde, pasó a atención al cliente, y reconoce que en esta área es en la que se ha sentido mejor.

La clave de su permanencia

Después de varios periodos dentro de la empresa, Conchy evaluó si era conveniente seguir ahí o buscar nuevos horizontes, pero cada año las oportunidades dentro de la empresa superaban sus expectativas y sintió deseos de continuar.

“Siempre he tenido oportunidad de crecimiento, he recibido cursos y seminarios. Además me han dado preparación para conocer la funcionalidad de cada equipo nuevo que ingresa, ya que Xerox se está innovando constantemente”, contó.

“Decidí quedarme en la empresa porque cada año tenía expectativas nuevas y esas se iban cumpliendo. Es un trabajo diferente cada día. El problema es diferente, la solución es distinta y eso me atrapó”, finalizó.

Desde sus inicios se ha sentido bastante identificada con los valores y filosofía de la empresa. Eso ha sido fundamental para el éxito de esta extraordinaria mujer durante 37 años de trabajo.

El excelente clima laboral dentro de la compañía, el apoyo, cariño y respeto de sus compañeros; siempre la han impulsado a dar lo mejor. Por su experiencia y gran calidad humana se ha convertido en una de las personas más queridas dentro de la misma.

Manifiesta que mucho de lo que ha aprendido sobre la vida, lo ha obtenido de la convivencia con sus compañeros y que ha disfrutado convertirse en la mentora de muchos de ellos.

“Mis compañeros son grandes personas, esto es toda una cultura”, dijo conmovida.

“Siempre me ha gustado ayudar y estar al servicio de los demás, me da mucha satisfacción haber colaborado con las personas que iban integrándose a la empresa y espero que así lo hayan sentido”, argumentó.

Conchy cree firmemente que la estabilidad en un trabajo depende principalmente de la disciplina que se tenga y desde luego de cuánto se disfrute lo que se hace.

Su más grande satisfacción ha sido sentir la empatía de sus clientes, el calor humano de sus compañeros y las favorables condiciones dentro de la empresa.

“Quisiera que me recordaran como alguien que puso su granito de arena para solidificar las bases de la empresa, con mi actitud, buena disposición y trabajo”, expresó.

Madre, esposa y una gran profesional

El desafío para Conchy fue grande, su jornada comenzaba muy temprano cada día, llevaba a sus hijos al colegio, preparaba sus loncheras, los ayudaba con sus asignaciones académicas, realizaba distintas tareas en el hogar y además daba inicio diariamente a su jornada laboral.

Ella argumenta que su trabajo ha sido demandante, pero que siempre supo organizarse para salir a flote con las diferentes actividades.

“Sé que durante todos estos años mi trabajo no ha sido perfecto, pero siempre me he esforzado por dar lo mejor”, mencionó.

Su tiempo laboral terminó hace un par de años, pero la empresa le dio la oportunidad de continuar, ya que es una mujer muy activa y ha demostrado seguir siendo capaz de desempeñar su cargo.

Conchy se siente con el ánimo de continuar apoyando, desea preparar a las personas que trabajan con ella, para que adquieran todas las habilidades y competencias necesarias para desenvolverse óptimamente en el cargo. Posterior a estos años de servicio extra, planea descansar y disfrutar a sus nietos.

Conchy Gómez, es un claro ejemplo de perseverancia, lealtad y excelente actitud.

“Me siento muy agradecida con Dios porque me puso en una empresa que me dio estabilidad, mucho apoyo y siempre han reconocido mi trabajo”,
Conchy Gómez.

Blanca Rubia Pérez de Rivas
“Hubiera deseado llegar aquí cuando tenía 18 años”

Para tener éxito en distintas áreas de la vida y especialmente en el trabajo, es necesario tener actitud, amor y pasión por lo que se hace. Esta es la filosofía de Blanca Pérez de Rivas.

La historia de compromiso, entrega y amor entre Blanca y Confitería Americana empezó hace 34 años. Desde su llegada a la empresa, ella sintió que estaba en el lugar indicado.

Graduada de Administración de Empresas, su carrera la terminó laborando ya en su actual empleo. Ahí le dieron la oportunidad de continuar su formación y gracias a esa flexibilidad logró terminar una maestría.

En sus inicios, su labor era monitorear en todos los departamentos que las cosas estuvieran bien, controlando que los pesos en las bolsas de dulces fueran exactos y que los colaboradores sellaran bien cada producto.

Justo en esta época tuvo que afrontar una serie de obstáculos que estuvieron a punto de evitar su permanencia en la compañía.

Llegó en un periodo muy difícil, algunos trabajadores insatisfechos, habían organizado un sindicato y realizaban actos inapropiados que ponían en riesgo a los demás colaboradores.

Ella se sintió desesperada e informó a sus jefes que quería irse, pero ellos insistieron en que continuara.

“Mi jefe me pidió que me quedara y como ellos eran personas tan especiales, me quedé e incluso me aumentaron el sueldo”, recordó.

Ella manifiesta que no comprendía porque estas personas renegaban de todo en la empresa, aún cuando les ofrecían prestaciones arriba de la ley.

Calor humano: clave de su permanencia

Para Blanquita sus jefes han sido determinantes en su permanencia, los describe con una calidad humana increíble y asegura que la han hecho sentir parte de su familia.

“Aquí me he sentido mejor que en ninguna parte, en esta empresa los dueños son especiales”, mencionó.

Ella siempre ha admirado a la compañía para la que ha trabajado durante tantos años, porque a pesar de los cambios y los momentos difíciles, siempre han salido a flote.

Otra cosa digna de admiración por parte de esta trabajadora mujer, ha sido la favorable relación con sus compañeros de trabajo.

“Desde que empecé a trabajar, siempre me ha gustado todo lo que hago, de hecho cuando llegue aquí y vi el excelente ambiente hubiera deseado comenzar cuando tenía 18 años”, dijo entre risas.

En Confitería Americana lo que más ha disfrutado es el trato con el personal, se siente bien dirigiéndolos.

Para ella la clave para permanecer tanto tiempo en una empresa, es tener claro que trabajo es trabajo; y es importante dedicarse por completo a lo que uno hace.

“Un consejo que me daba mi padre, es que uno cuando está trabajando, tenga o no al jefe enfrente, debe hacer bien las cosas”, contó.

Es compromiso es determinante

A pesar de que ella siempre ha tratado de dar lo mejor a la empresa, reconoce que siempre tuvo un mal hábito, siempre llegaba tarde y es algo que no recomienda.

Es importante cumplir con todas las obligaciones y la hora de llegada y salida también son parte de ellas. Este es uno de los únicos detalles en los que siente que ha fallado.

“Ese mal hábito no me lo pude quitar nunca, por alguna razón todas las empresas en las que estuve, me lo dejaban pasar, pero sin duda es una mala costumbre y me da una gran pena”, mencionó sonrojada.

Blanquita invita a los jóvenes a que aprovechen el tiempo y que no se desanimen, porque en el país hay oportunidades para todos, pero en muchas ocasiones es cuestión de echarle ganas a la vida.

“Hay que dedicarle tiempo al logro de los objetivos y ser perseverante, tener una mente positiva es fundamental”, argumentó.

“Ojalá que todos los dueños de empresas fueran como mis jefes, me hicieron sentir valorada”. Blanca Rubia de Rivas