El mundo al revés (pero no El Salvador)

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Foto Archivo EDH

Por Julia Regina de Cardenal

2018-02-02 8:28:57

En la actualidad alrededor del mundo se ha puesto de moda que los heterosexuales no se quieren casar sino vivir en uniones libres de responsabilidades y compromisos; que personas con atracción por el mismo sexo quieren que sus uniones sean llamadas matrimonio; que los sacerdotes se casen; que los hombres se vistan como mujeres y las mujeres como hombres.

Se les dice a las mujeres que solo se pueden realizar compitiendo con los hombres en el área laboral o política tomando papeles masculinos. Se les dice a los hombres que busquen su lado femenino y sean delicados como las mujeres.

Muchos padres están comenzando a darles tratamientos de hormonas a sus hijos pequeños cuando estos sienten que son del sexo opuesto al que tienen y luego les operan para darles un cuerpo con el que se sientan bien. Se incita a los niños a experimentar tener relaciones sexuales como un supuesto “derecho” para poder definir su identidad sexual. Sin embargo, a un menor de edad no se le puede castigar si comete algún delito. Se les ofrece un arcoíris de opciones para “protegerse” de un embarazo pero si esta protección falla, la solución es matar a sus hijos indefensos por nacer. Se promueve el condón como panacea pero no se explica que además de tener un alto porcentaje de falla para prevenir embarazo, falla más en el contagio de las enfermedades y en casos como el herpes genital y el virus de papiloma humano (ambos incurables) protege 0 %.

Se exige tratamientos psicológicos gratuitos para la adaptación de personas que han tenido operaciones de “cambios de sexo”, pero se pretende criminalizar a cualquier medico que de o promueva ayuda a personas con disforia de género o que quieren salir de la vida homosexual y vivir su heterosexualidad.

Se llama retrógrados, racistas, sexistas, misóginos, intolerantes, cavernícolas??? a los defensores de la vida, la familia y la libertad religiosa; sin embargo, se defiende el supuesto “derecho” a romper imágenes religiosas, a hacer actos vandálicos en propiedades privadas o públicas, a insultar a los que “atreven” a tener diferencia de opinión.

Se crean organizaciones y campañas para defender a los animales; sin embargo, esos mismos grupos promueven el negocio del aborto que se lucra de los problemas de mujeres con embarazos en crisis proponiéndoles que maten a sus hijos por nacer en vez de brindarles apoyo. Están en contra de la violencia y la muerte pero les parece bien para los indefensos por nacer.

Nuestro país todavía es rescatable a pesar de que haya grandes presiones internacionales, jóvenes confundidos que creen que apoyando estas corrientes los hace “progresistas” y un gobierno que promueve legalizar la industria del aborto, que pone en peligro la soberanía nacional, que quiere convertir a nuestro país en otro Venezuela, que da su palabra y no la honra en varias ocasiones tales como en ratificar la reforma constitucional que define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.

En estas próximas elecciones tenemos la oportunidad de votar por candidatos que comparten nuestros valores y están dispuestos a defenderlos. Hemos escuchado que así como en las elecciones pasadas, el FMLN jugó sucio antes, durante y después de las elecciones, en éstas se han preparado todavía más. Por eso debemos ir a votar, si no, no podemos quejarnos si como resultado nos volvemos parte del mundo al revés.

*Columnista de
El Diario de Hoy.