Las últimas palabras de un hombre que asesinó a sus dos hijas

El hecho ocurrió en 2001, las niñas tenían 6 y 9 años.

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elsalvador.com

Por elsalvador.com

2018-02-02 10:22:41

En mayo de 2001, John David Battaglia, de 62 años, asesinó a sus dos hijas mientras discutía por teléfono con su exesposa. El jueves por la noche, Battaglia fue ejecutado con una inyección de pentobarbital en Huntsville, Texas.

Según información publicada por Infobae, Battaglia se mostró sonriente, irónico, desafiante y todopoderoso hasta el último momento de su vida y sus palabras antes de morir fueron sacásticas y tenebrosas.

La ejecución se llevó a cabo después que la Corte de Justicia de Texas negara la petición de los abogados defensores de suspenderla argumentando que su cliente no era competente mentalmente.

Antes de aplicarle la dosis, preguntaron a Battaglia, delante de sus esposa Mary Jean Pearle y otros testigos, si había pensado en sus últimas palabras antes de recibir la inyección, el contestó que no tenía nada que decir.

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Después de unos segundos se retractó y dijo que sí tenía algo que decir. “Bueno… hola, Mary Jean. Te veré luego. Adiós. Procedan, por favor” dijo a sus verdugos.

Seguido de sus palabras se recostó, cerró los ojos mientras le suministraban el pentobarbital y después de unos minutos, abrió los ojos y preguntó: “¿Estoy todavía vivo?”.

“Oh… puedo sentirlo”, refiriéndose a la droga que corría por sus venas. La dosis hizo efecto en 22 minutos y el asesino de sus dos hijas fue declarado muerto a las 9:40 de la noche.

En mayo de 2001, Battaglia asesinó a su hija Faith de 9 años y Liberty de 6 años, cuando hablaba por teléfono con su exesposa. En esa ocasión, él estaba furiosos porque Mary lo había denunciado por haber violado la libertad condicional.

Según el testimonio de Mary, ella solo escuchó como sus niñas rogaban a su padre que no disparara. “¡No, papito, por favor, no, no hagas eso!”, suplicaba la niña de nueve años. Mary aseguró que Battaglia colocó el teléfono en altavoz para que ella escuchara todo.

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“Feliz … navidad”, dijo Battaglia antes de empezar a disparar a las niñas. El reporte policial describe que dio tres disparos a Faith y cinco a Liberty.

Después de haberlas asesinado se tatuó dos rosas rojas, en conmemoración de cada una de sus hijas, cuando iba saliendo del local, fue capturado por los policías.

En 2014, en una entrevista para The Dallas Morning News, aseguró que no sentía remordimiento por el hecho. “No siento como que las maté”, dijo.

En 1999 había sido condenado por abuso y violación doméstica, además tenía una orden de restricción que no cumplía.

Battaglia sería el tercer recluso en ser ejecutado este año en Estados Unidos, todos en Texas. En el 2017, 23 asesinos convictos fueron ejecutados en el país, incluyendo siete en Texas, más que cualquier otro estado.

Un juez estatal y la corte de apelaciones describieron a Battaglia como sumamente inteligente, competente y no enfermo mentalmente y dijeron que él fingió enfermedad mental para evitar su ejecución, por ello le fue denegada la petición.