Peregrinación en dos ruedas

Durante 44 años David Arnulfo Miranda se ha arrodillado frente al Patrón de Esquipulas en gratitud por permitirle llegar a su templo en bicicleta; por su familia, por disfrutar tanto amanecer, por las endorfinas que deposita en sus venas, por las ganas de seguir viviendo.

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Son más de 23 mil pensionados retirados los que esperan su pago todos los meses en el IPSFA. / Foto Por Archivo

Por Carlos Alfaro Rivas*

2018-01-29 8:40:58

Por ser la capital centroamericana de la Fe, Esquipulas, joya chapina en el Trifinio entre Chapinlandia, Catrachilandia y Guanacoland, es un imán para devotos atraídos por los milagros de su Cristo Negro, patrón de la ciudad.

La romería para un tú a tú con el patrón se lleva a cabo cada enero desde los tiempos coloniales.

Cuenta la fe cristiana que, en 1594, habiendo completado su misión de evangelización de los mayas, los misioneros españoles le encomendaron a un escultor portugués, quien disfrutaba la eterna primavera en Santiago de los Caballeros de Guatemala, la responsabilidad de talar al Milagroso Señor de Esquipulas.

Dedicó tanto esmero a la responsabilidad encomendada, que Quirio Cataño (así se llamaba el escultor, según un panfleto del INGUAT que me entregó un patojo agente de migración) en solemne acto develó un crucifijo, tallado en madera de nogal, tan pero tan bello que miles de peregrinos lo veneraron durante los 220 km entre ciudad Guatemala y la nueva Catedral de Esquipulas.

Romería o peregrinación es un viaje de devotos a un santuario para demostrar agradecimiento, cumplir promesas o hacer peticiones. No crean que es costumbre colonial. Los aztecas, mayas, y seguro uno que otro pipil, volaban pata hasta Chichén Itzá a pedirle a Chaac, dios de la lluvia, piedad para sus cosechas. También se congregaban ante todos sus dioses durante el solsticio de verano en Teotihuacán y le rendían tributo a Ixchel, la bella diosa de la luna llena, en Cozumel.

No crean que solo los católicos peregrinamos. Chiquitos nos deja la peregrinación musulmana a La Meca, y la judía a Jerusalén.

No crean que solo los ultra-religiosos peregrinan. Al menos no a Esquipulas. También peregrinamos ciclistas chapines y guanacos. Resulta que, en 1972, Carlos Flores, santaneco residiendo en Guate organizó a 20 ciclistas y emprendieron un viaje de sol a sol, y pedal a pedal, desde la catedral de Guatemala hacia el templo del Cristo Negro.

Fue tal bálsamo la peregrinación en dos ruedas que el próximo enero se unieron ciclistas salvadoreños pedaleando los 320 km desde y hacia el Salvador del Mundo.

En el 74 ya se había regado la bola, por lo que se une un pelotón desde la Catedral de Santa Ana, encabezado por otro santaneco, David Arnulfo Miranda, deportista ejemplar cuscatleco.

En el mirador de Esquipulas, mientras reponíamos carbohidratos con un guineo hondureño, y con vista de pájaro a la Catedral, me contó don David que este 2018 cumple 44 años de empezar el año con pie derecho, rodando los 96 km entre Santa Ana y Esquipulas; asearse, almorzar con un par de Gallo, echarse un pestañazo, tomar café con champurradas, ir a misa de las 5:00, echarse otro par de Gallo, chistear con pelotones como Los Cardenales, dormir y madrugar para donde la Virgen Morena de regreso pedalear.

Dije deportista, pues don David no solo es ciclista. Es triatleta, el deporte más bello en la faz de la Tierra. Fue el primer presidente de la FESTRI, la única federación con sede fuera de la capital. “Está ubicada en la capital del cielo”, grita la lorita Pepita.

David ha corrido cinco maratones, tiene la corona del tour San Salvador???Ciudad Guatemala (1961) y tiene 76 años de salud gracias a que nada, corre y pedalea.

“Cállese, antes no había pavimentada a Esquipulas, y en la frontera te pedían placa y marchamo para tu bici”, relata don David. “Hoy somos más de mil, pero en lo más fregado de la guerra solo fuimos ocho, rodando entre balaceras y buses quemados”.

Durante 44 años el deportista ejemplar cuscatleco se ha arrodillado frente al Patrón de Esquipulas en gratitud por permitirle llegar a su templo en bicicleta; por su familia, por disfrutar tanto amanecer, por las endorfinas que deposita en sus venas, por las ganas de seguir viviendo.

¡Tanta razón, don David! Nos vemos en la primera fecha del campeonato nacional de triatlón 2018, el próximo domingo en Coatepeque. Ahí nos tomamos algo, aunque sea la presión.

Se oye desde el patio: “Como dijo Cristóbal el almirante y repite el padre Escalante, adelante caminante mientras las bisagras aguanten”. ¡Tanta razón, doña lorita!

* Columnista de El Diario de Hoy.
calinlalfaro@gmail.com