Por desgracia, para las relaciones interpersonales, especialmente las que conciernen al ámbito del amor, los seres humanos no contamos con un manual que nos indique cómo conducirnos o cómo resolver los posibles conflictos que se pueden presentar entre una pareja.
Es así como muchas personas, sobre todo mujeres, en el afán de conservar su relación, comienzan a sufrir y tolerar situaciones por parte del compañero sentimental, que tornan su noviazgo o matrimonio en algo tóxico. En el más terrible de los casos, esto puede terminar en feminicidio, como sucedió recientemente en el país.
Vale aclarar que esta situación se vive en las distintas esferas de la sociedad: artistas, amas de casa, abogadas, doctoras e incluso psicólogas, “han tenido que lidiar alguna vez en casa con hombres tóxicos, porque ni un alto nivel cultural ni el ser expertas en conflictos humanos en el terreno profesional, exime de sufrirlos en primera persona”, según la experta en relaciones interpersonales, Lillian Glass.
Pero ¿cómo es una persona tóxica? De acuerdo con la psicóloga Georgina Fuentes, de la Clínica de Atención Psicológica Corazón & Mente, en general es alguien que provoca emociones negativas, se fija en las cosas negativas y defectos, no asume su responsabilidad en los conflictos, es quejoso, pesimista, no busca soluciones y le gusta tener la razón.
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Por otro lado, son personas que hablan solo de ellos mismos, les gusta ser el centro de atención, ponen excusas para todo, critican a los demás, suelen ser arrogantes, se sienten superiores a los demás y creen que lo saben todo.
Además, se hacen las víctimas, para ellos los demás tienen la culpa de las cosas que les pasan, no valoran lo que tienen, no son agradecidos ni empáticos, son manipuladores, posesivos, controladores, celosos, inseguros, egoístas y paranoicos.
Supéralo
De acuerdo con la licenciada Fuentes, sí se puede salir de una relación insana, pero para ello es primordial tomar conciencia de que las cosas no andan bien, y pensar sobre todo en el bienestar individual y antes que en el de la pareja.
También es preciso tener en cuenta que todos, en algún momento de nuestra vida, podemos cometer errores y tener uno o varios fallos.
“Por tanto, debemos ser cuidadosos a la hora de enjuiciar a nuestra pareja, solo será una relación tóxica aquella en que, de forma habitual, se produzcan varios de los problemas comentados”, aclara Fuentes.
Una relación tóxica, advierte la profesional, puede volverse saludable, pero también es posible que no exista marcha atrás y sea necesario que cada uno analice su situación, para saber si vale la pena intentar arreglar las cosas.
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“Para salir de una relación tóxica tengamos en cuenta que todo tóxico tiene su antídoto. Es necesario buscar sentirnos amados, todos tenemos personas a nuestro alrededor que nos apoyan y nos quieren sin pedir nada a cambio. Debemos desintoxicarnos y reconocer si necesitamos ayuda, puesto que salir de esto cuesta, igual que cuesta desengancharse del alcohol o de otras drogas”, afirma Fuentes.
Por lo mismo, sugiere elegir qué acciones deben ir encaminadas a salir de nuestra zona de confort, a buscar una vida más sana y a aprender la lección para establecer relaciones más saludables.
Debemos fortalecer la confianza en nosotros mismos, dejar que el proceso de sanación lleve su curso y dejar fluir todos los cambios que se avecinan y aceptarlos por muy difíciles que nos parezcan, teniendo claro que nos merecemos una vida estable, en paz y con relaciones de calidad.