Retrato de la oferta electoral

El compromiso de los ciudadanos debe ser el convertirnos en minuciosos agentes de escrutinio, entendiendo y analizando nuestra actual situación política y de país para saber que demandarles a los políticos que están en campaña y así poder descartar lo malo de lo bueno.

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Por Andy Failer*

2018-01-25 8:26:56

Pocos ciudadanos sienten simpatía por los políticos y sus desgastadas banderas partidarias, lo podemos ver reflejado en la encuesta publicada por el Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) a inicios de este año, un 59.9 % de los encuestados aseguró no estar interesado en ir a votar.
Todavía hay quienes están dispuestos a otorgar un voto de confianza a ciertos candidatos en las siguientes elecciones, por miedo a que el contrincante político logre obtener más poder. Aún hay mucho arraigo de las costumbres, pensamientos y miedos ideológicos con los que muchos salvadoreños crecieron en casa. Ciertamente los partidos políticos se aprovechan de esos vacíos y eso ha quedado en evidencia con el arranque de la campaña electoral: todo apunta a que la apuesta es persuadir a votar por bandera.

Las acciones y mensajes de campaña que vamos a ver en las siguientes semanas serán las tradicionales, las mismas a las que hemos estado acostumbrados a ver en los últimos años. Los principales partidos han apretado sus filas con la intención de marginar la disonancia para que los consensos sean de cúpula. En el caso de ARENA ha quedado más que claro, tras la disrupción, muy positiva, lograda por Juan Valiente y Johnny Wright; ARENA no permitirá que más figuras de este tipo surjan y esa decisión quedó plasmada en las planillas de candidatos a diputados que llevan para estos próximos comicios. Habrá que escudriñar en algunos perfiles para encontrar algunos candidatos salvables, una misión difícil para poder votar por rostro.

En el caso del FMLN todo es más claro, su estrategia electoral es muy similar a la de 2015: configurar su bloque a favor de la aritmética legislativa. El discurso público, alejado a lo que dicta la cúpula efemelenista, fue erradicado con la expulsión del alcalde capitalino de sus filas partidarias. Por otra parte, parece que han decidido potenciar algunos rostros, una mezcla entre las figuras de antaño, los herederos de jubilados y alguna que otra cara que genera descontento y desconfianza por poseer señalamientos de corrupción e incluso vínculos al narcotráfico, como José Luis Merino. El único caso peculiar y poco ortodoxo del FMLN es su candidato a la alcaldía por Antiguo Cuscatlán, Luis Rodríguez, que hará coalición con el CD, hasta ahora ha demostrado tener un buen perfil y manejo de ideas frescas de urbanización y construcción de marca a nivel de ciudad, pero hará falta conocer aún más sus propuestas ahora que estamos en campaña.

También parece ser que el desgaste partidario de las principales dos banderas políticas es tan alto que algunos partidos pequeños pueden lograr obtener uno que otro escaño más al que obtuvieron en las elecciones pasadas, sumándole que el PCN y GANA obtuvieron buenas posiciones en el papeleta de candidatos a diputados para estas elecciones, estando ambas banderas a la derecha; psicológicamente nuestra mirada siempre posee su mayor peso visual en la derecha. Esto podría ser un golpe fuerte para ARENA y el FMLN, pero también podría generar un daño, fortaleciéndose el bastón del bipartidismo, un bastón que podría ser el soporte del gobierno que tome posesión en 2019, sea cual sea, una clara muestra de ese daño es GANA, pues este partido ha sido el bastón del FMLN en los últimos años.

Este es parte del panorama para las elecciones de este año, algo que genera cierta frustración, puesto que es difícil confiar en la actual oferta electoral pero tampoco podemos mostrar apatía. Y de momento no contamos con una nueva alternativa política, al menos no para este año, por lo que el compromiso ciudadano debe ser el convertirnos en minuciosos agentes de escrutinio, entendiendo y analizando nuestra actual situación política y de país para saber que demandarles a los políticos que están en campaña y así poder descartar lo malo de lo bueno. Ese debe ser el primer paso, ser una sociedad más confiscadora y que participe de lo público, si no lo hacemos, la frustración de seguir viendo más de lo mismo, puede convertirse en algo permanente. No será fácil, pero no tenemos opción. Es nuestro derecho y obligación votar, como lo hacemos es nuestra decisión y es secreta, individual e inalienable.

*Colaborador de El Diario de Hoy
@AndyFailer