Tres hombres que fueron capturados este miércoles en San Salvador intentaron hacer compras por mil dólares y con tarjetas clonadas, en un reconocido supermercado, afirmó una fuente policial.
“Habían adquirido mercadería variada y portaban un voucher por casi mil dólares”, afirmó una fuente policial que por no estar autorizada declinó identificarse.
Sin embargo, la transacción no se concretó porque el sistema indicó que había un error, pero no era simplemente falta de fondos sino un fraude.
Los cajeros en estos casos ya están capacitados para descifrar los mensajes o alertas que emiten los bancos que autorizan o desaprueban una transacción y cuando detectan que están frente a un delincuente, de inmediato alertan a sus departamentos de seguridad quienes finalmente son los encargados de coordinar con el Sistema de Emergencias 911.
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¿Quiénes son?
“No son universitarios, aunque alguna vez fueron a la U, tampoco son rateros, son personas desocupadas que en su ambiente se les conoce como cacheros, parece como que algún día trabajaron en bancos o como cajeros de almacenes para inclinarse por este tipo de ilícito”
Con la descripción de los sujetos y placas del vehículo en que se movilizaban -que les fue decomisados-, los agentes policiales les dieron persecución hasta capturarlos sobre la calle El Progreso y la 49a. Avenida Sur en San Salvador.
De acuerdo con la Policía, los sujetos intentaron darse a la fuga pero al verse acorralados, optaron por someterse a la autoridad. “Ellos no reaccionaron con violencia, tampoco andaban armados”, indicó la Policía.
“Todo el proceso de ubicación y captura fue realizado por unidades especializadas y al ser detectados se les ordenó que se detuvieran”, explicó el oficial.
Más tarde al ser registrados, se les encontraron ocho tarjetas de crédito clonadas”, explicó la fuente policial.
“No son universitarios, aunque alguna vez fueron a la U, tampoco son rateros, son personas desocupadas que en su ambiente se les conoce como cacheros, parece como que algún día trabajaron en bancos o como cajeros de almacenes para inclinarse por este tipo de ilícito”, añadió la fuente.
A pesar de la magnitud del fraude, los sujetos no tenían antecedentes en su contra en la Policía, “aunque seguramente ya tienen tiempo de dedicarse a este tipo de ilícito, pero al no haber denuncia, no les aparece récord delictivo”, explicó.
Según la Policía, este tipo de personas “se da la buena vida” pagando con estas tarjetas en restaurantes, supermercados, llenan los tanques de gasolina de sus vehículos, compran bocinas y saldo telefónico”.