Tres historias de incertidumbre y preocupación por la cancelación del TPS a salvadoreños

Salvadoreños amparados al TPS temen llegar a El Salvador, invertir en un negocio y perderlo por las extorsiones.

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El Salvador es el cuarto país en perder el TPS durante la presidencia de Donald Trump. Foto/ AFP

Por Magdalena Reyes - Jessica Guzmán

2018-01-11 3:47:41

La cancelación del TPS a los salvadoreños anunciado el pasado lunes por el gobierno de Estados Unidos ha llenado de incertidumbre a los más de 200 mil beneficiados con este estatus de protección temporal.

“Esta difícil pero lo único que nos queda es seguir trabajando hasta que nos digan en los trabajos que ya no podemos seguir aquí luchando, trabajando”, dijo Franklin Morán Salazar uno de los salvadoreños amparado con el Estatus de Protección Temporal que brindó el país norteamericano en 2001 a El Salvador.

Salazar tiene 20 años de haberse ido ilegal para los Estados Unidos. La mayor parte de ese tiempo ha trabajado en el área de la construcción y, mes a mes, ha enviado lo que él llama “ayuda” a sus padres, ahora solo a su madre, pues su padre falleció hace un par de años.

 

¿Dónde viven los salvadoreños con TPS?

“Es duro pensar que hay que regresar, pues aunque en todos lados es pesado el trabajo, aquí al menos se gana más y podemos ayudar a nuestra familia”, dice Franklin, quien gana un promedio de $17 por hora, lo que muchos en El Salvador ganan en un día. Pero esta no es la única preocupación de Franklin, sino también los tres hijos que ha procreado en Estados Unidos con una mujer norteamericana.

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“Ellos se quedarán, están pequeños, y con lo poco que se gana allá, sería muy poco lo que yo podría enviar para acá (Estados Unidos) para sostenerlos, y no podemos quedarnos aquí tampoco como delincuentes porque no lo somos”, asegura este salvadoreño, originario de Texistepeque, Santa Ana.

Regresar a El Salvador significa para muchos salvadoreños empezar de cero y sin oportunidades

La cancelación del TPS ha llenado de preocupación a Reina O., quien pidió no ser identificada. La salvadoreña tiene 19 años de vivir en el país norteamericano y aunque no procreó hijos en ese país, sí tiene una madre a quien envía remesas mes a mes.

 

Su trabajo desde que llegó ha sido limpiar casas, y “sé que de limpiar casa no voy a vivir en El Salvador, aquí me pagan $100 por cada casa que limpio y allá dicen que lo más que pagan anda por $20 o $15, cómo voy a sobrevivir y ayudar a mi mamá como lo hago ahora”, expresa con mucha preocupación.

Reina comenta que su madre, quien ya tiene 65 años, está triste, pues sabe que con esta medida tomada por Estados Unidos ya nada será igual.

“Nos vinimos para este país para trabajar, tener una vida mejor y ayudar a nuestras familias, no somos delincuentes, y ahora no sé qué voy a hacer si no logro arreglar quedarme, porque de verdad no sé de qué voy a trabajar allá y además sé que no se gana igual”, manifestó Reina, quien es originaria de un pueblo del oriente del país y ahora ve frustrado el deseo de progreso que la llevó a irse de El Salvador.

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Temen invertir en un negocio y perderlo por las extorsiones

Ismael García es del occidente del país, y ya cuenta con 23 años de vivir en Arkansas, tiempo en el que ha llevado una vida tranquila y ha procreado dos hijos. Pero la cancelación del TPS le ha caído a él y a su familia como un balde de agua fría.

“Regresar a mi país es regresar a mi gente, pero yo ya tengo una vida echa aquí, y no sé qué haría allá (El Salvador), y ya así no podré ayudar a mi mamá como la ayudo con la remesa que le mando mensual”, expresó el connacional.
Ismael, como muchos otros, en todo este tiempo no ha podido arreglar “papeles”, pero amparado al estatus temporal ha salido adelante trabajando también en el área de la construcción.

“Mi contrato establece que gano $100 el día, trabaje una hora o trabaje ocho, aquí es diferente”, asegura.

Para Ismael no es una opción viable venir al país e invertir sus ahorros en un negocio, ya que lo primero que piensa es en la inseguridad que se vive en El Salvador y teme ser víctima de extorsiones.

“Tengo amigos que decidieron regresar al país e invertir en un negocio y se regresaron por las extorsiones, y en El Salvador está muy duro encontrar trabajo y poder prosperar, así como aquí”, concluyó.